El Infaltable
Publicado por Mocker , domingo, 17 de octubre de 2010 16:13
De todas maneras, como puede suceder con la música anglosajona, la música francesa no profesa un solo estilo en particular sino que muy por el contrario, se va moviendo de acuerdo al contexto social y cultural en el que nace o se forma cada grupo. Sin embargo, lo que marca siempre la diferencia en ellos es el charming típico que logran conseguir en sus canciones, en parte obtenido por el encanto y el romanticismo que tiene el acento de su lengua. Con esto anteriormente mencionado dejamos en claro que no es lo mismo Jacques Brel que los contemporáneos Phoenix, aunque todos provengan del país galo.
Sin embargo, cada país tiene su héroe en singular o plural y en este caso Francia no es esquivo a esto teniendo como referente básico al príncipe oscuro, el poeta maldito, Serge Gainsbourg. Se lo considera a la distancia un genio y provocador ya que supo enfrentarse a los tabúes tanto de la industria musical como a la de la sociedad. Uno de esos tantos quiebres en los límites fue cuando grabó su canción más reconocida “Je T´aime… Moi Non Plus”, la cual tuvo la colaboración de la femme fattal Brigitte Bardot realizando sonidos que simulaban un orgasmo femenino. Sin embargo, Bardot ya tenía toda una imagen ganada para mediados de los ´60 y decidió que no se editara este tema con su voz ya que temía que perjudicara su carrera, teniendo que ser lanzada la misma con los gemidos de Jane Birkin la cual en un futuro cercano sería pareja de Gainsbourg. Al momento de salir, la canción ya causo revuelo al ser considerada como pornográfica, llegando incluso “esta ofensa” hasta los pasillos del Vaticano. Estas roturas de límites más allá de lo musical también iban de la mano en la “pose” que tenía Gainsbourg.
La imagen de señorito aristocrático que tenía en sus comienzos fue convirtiéndose paulatinamente a la de casi un ermitaño, despeinado, desarreglado y con barba de algunos días. Sin embargo, esta imagen muy al contrario del denominador común lo que causó fue alimentar cada vez más su misterio e impronta. Incluso, esta fama fue en constante crecimiento por los affaires que tuvo entre otras con las mujeres citadas anteriormente. Fue desde la imagen, hasta lo cosechado musicalmente, la gran venganza de los feos ya que al comienzo de su carrera y ya en la puerta de su trigésimo aniversario de vida era la burla de la crítica hasta los comienzos de la denominada música Yé-Yé con la supo abrirse camino a la fama. A principios de los ´70 comenzaría una época fructífera en su carrera grabando varios discos de corte conceptual, entre los cuales se encuentra su obra máxima, “Histoire de Melody Nelson” de 1971.
Un poco más arriba habíamos hablado de su constante intento de provocación y este Lp tiene como argumento una historia delicada y controvertida como es la relación entre un hombre ya entrado en años, con una joven que acababa de dejar la pubertad. El morbo que pueda llegar a despertar el tema de La Lolita no es algo nuevo ya que años antes el mismo también se puso sobre el tapete con el film de Stanley Kubrick, sin embargo la diferencia que tenía éste con la historia de Gainsbourg es que el disco rozaba sospechosamente lo autobiográfico.
El Lp sigue un hilo conductor que va entrelazando cada uno de los temas relatando una historia que comienza con nuestro protagonista masculino, el cual conduce su automóvil por una carretera hasta que de repente este atropella a alguien. Al bajarse del coche ve que se trata de una joven llamada Melody Nelson que sólo sufrió algunas contusiones pero se encuentra bien. Nuestro protagonista la levanta en sus brazos desencadenando de forma instantánea un amor desenfrenado e intenso. Melody va aprendiendo lo que es el amor en una especie de lujuria entre onírica y psicodélica en la habitación de un hotel representado en una especie de ¡¿museo de arte?!. Sin embargo lo que intenta representar Gainsbourg con esto es que la belleza de la joven se puede comparar con las grandes obras artísticas. Esto deja en claro que a partir de ahí más allá de convertirse ella en su musa, la relación termina siendo obsesiva, enfermiza y porque no, retorcida también. Luego de varias canciones que representan el acto sexual que mantienen los protagonistas, la historia llega a su punto final de una manera radical, cruda y extrema. El avión en el que Melody viajaba, sola sin acompañamiento de su pareja masculina, se estrella en la Selva desapareciendo para siempre de la vida de Gainsbourg, arrebatándole y truncándole la existencia a una joven que recién empezaba a vivirla, pero por sobretodo poniendo fin a la relación de amor-obsesión que tenía nuestro protagonista al esfumársele su joven razón de vivir como si hubiera sido solo un sueño. En las biografías que se pueden leer sobre Gainsbourg comparan la historia fantástica de Melody Nelson con la relación por momentos ideal, mientras que en otros tantos tortuosa que supo tener con Jane Birkin.
Muchos discos sirven para crear climas, sin embargo otros necesitan ser escuchados bajo un determinado clímax, sino perderían su verdadera esencia y encanto. “Histoire de Melody Nelson” es uno de ésos álbumes prohibidos que no es para ser escuchado en cualquier circunstancia, incluso sin saber la verdadera historia que encierra cada una de sus estrofas. Letras personales convertidas en canciones de lujuria, sueños, deseos y obsesión, todo esto encumbrado por el acento francés de Gainsbourg que nos impulsa nuestro libido. Mención aparte hay que hacer con respecto a la portada del álbum, el cual tiene a Jane Birkin descalza, con el torso desnudo y tapándose sólo con un muñeco, el cual sirve para graficar el morbo masculino por excelencia de la imagen de la nena pura e inocente, con curiosidad por conocer lo prohibido dejando atrás la pubertad.
Sin lugar a dudas este Lp no es un disco de fácil ingreso al mundo de la música del país marsellés, sin embargo si es visto y escuchado desde una óptica individualista e intimista es un verdadero viaje de ida que sirve para recorrer las diferentes sensaciones y estados de ánimo de cada oyente convirtiéndolo en un verdadero infaltable.
Voy a investigar. Asumo que la música francesa me gusta, pero jamás escuché a este señor.
Gracias por compartirlo.