Made in: Argentina
Publicado por Mocker , jueves, 21 de julio de 2011 3:04
Miguel Cantilo: "Miguel Cantilo y Grupo Sur" (1975)
A comienzos de los ´70 la juventud Argentina vivía cambios políticos, sociales e ideológicos. Eran épocas turbulentas a nivel nacional y por supuesto también en el plano internacional. Como siempre lo fue y lo seguirá siendo el país por ese entonces recibía los coletazos de lo que sucedía en sociedades ya formadas y se amoldaba de la mejor o peor forma a esto. Eran tiempos de ideologías positivas y revolucionarias, todo en pos de cambiar el mundo, así se recibía con satisfacción y esperanza manifestaciones como la del Mayo Francés, la Primavera de Praga, las protestas contra la guerra de Vietnam y cualquier otro suceso de similares características. La sociedad y mucho más la juventud Argentina, no fue indiferente a esto y acá también se vivieron en mayor o menor medida manifestaciones de igual contenido ideológico y/o político. De forma paralela, parte de esa juventud mundial que no estaba de acuerdo con ciertas ideas políticas y que también de alguna forma descreían de cualquier tipo de inclinación, empezaron a formar comunidades bohemias donde practicaban su propia idiosincrasia. Esta juventud que se oponía en un primer lugar a los mandatos y a la forma de vida de sus padres, para luego continuar con una revaloración de la vida en sociedades, amor por la naturaleza y búsqueda interior, se empezó a denominar Hippies, teniendo su mayor promedio de adeptos en los EE.UU.
La Argentina no fue la excepción a este movimiento y también supo tener a sus “propios Hippies” los cuales abría que diferenciarlos en los de “pura cepa”, que vivían y sentían su forma de pensar y ver la vida como algo real, verdadero y no pasajero o de moda como algunos Hippies de “fin de semana” que estaban enfilados más en una tendencia del momento. Si hablamos de Hippies en la Argentina, existe un relato -casi romántico- de esa aventura que fueron a vivir muchos hacia El Bolsón, en pos de vivir sus sueños naturales y huyendo descreídos de los aires consumistas y grises que se vivían en Buenos Aires. Varios de esos jóvenes buscaban una nueva forma de vivir y consigo llevaban una mochila llena de pensamientos de cambio, sueños y valores ideológicos los cuales los unificaba y no los rotulaba como sí lo hacían las funciones que desempeñaban en el día a día en la ciudad. Por este motivo, no es de extrañar que pudieran convivir diferentes personas que escapaban con sus sueños más individuales para convertirlos en colectivos. Por supuesto, también hubo músicos que decidieron emigrar hacia la Patagonia ya que no se encontraban cómodos con lo que sucedía en la ciudad a nivel político.
Uno de ellos fue Miguel Cantilo, antiguo integrante del grupo Pedro y Pablo, que asediado por la censura y persecución artística decide emigrar hacia El Bolsón. No está demás mencionar que el grupo que integraba con Jorge Durietz nunca fue bien visto por su crítica política y su incisivo retrato a la sociedad en discos como “Yo Vivo en esta Ciudad” y con el editado a duras penas “Conesa”. Este último, de alguna forma ya preanunciaba esa búsqueda colectiva y esa experiencia de vivir en comunidad ya que todo el proceso de grabación fue en una casa ubicada en la calle del mismo nombre de la ciudad de Buenos Aires. Este proceso de vivir en grupos no fue un hecho aislado sino que varias otras agrupaciones también lo venían haciendo como fue el caso de Arco Iris y el de La Cofradía de la Flor Solar. De hecho, de esta última banda también decidió emigrar el guitarrista Kubero Díaz junto a Cantilo hacia la Patagonia. De este viaje y posterior residencia en Las Golondrinas, ubicada en el Valle de El Bolsón, surgieron las canciones que formarían parte de este disco llamado “Miguel Cantilo y Grupo Sur”. Los temas que integran este Lp tienen letra de Cantilo mientras que la música es compartida por ambos. El disco que se grabó en 1973 en los estudios ION recién salió a la luz en 1975 por el desaparecido sello Trova, y el cual por el paso de esos años sintió el golpe ya que la difusión del material fue escasa y el panorama musical ya era otro.
El sonido de este Lp estaba muy empapado por el rock anglosajón de esos años, un rock más duro y desenfrenado, que mezclaba baladas con ciertos aires folk junto a experimentaciones psicodélicas. Más allá de que las composiciones fueras compartidas entre Cantilo y Díaz, este último antes de grabar el Lp parte para tocar junto a Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll. Un hecho que hoy puede ser no muy bien visto, pero que por aquellos años era de moneda común que cualquiera estuviera con cualquiera ayudando y colaborando con varios músicos a la vez sin pertenecer a algún grupo en particular. Por este motivo, Cantilo decide buscar integrantes para la grabación de este trabajo, encontrando la participación de Willy Pedemonte en guitarra, Alejandro Marassi en bajo, Diego Villanueva en batería, Jorge Pinchevsky -La Pesada del Rock and Roll- en violín y Gastón Cubillas en saxo entre otros.
El Lp abre con “Sur Alabanzas”, un tema que comienza tranquilo, casi pastoral, para luego terminar en un Hard Rock a toda furia, todo esto acompañado por una letra plagada de invocaciones a la naturaleza y a la búsqueda del ser interior. El próximo es “Naturangel”, cuya letra continua en la mención de esa búsqueda interior y existencial del hombre. Esta canción tiene muy buenos riffs de guitarra que la vuelven Hard Rock a pesar de que comienza también de forma tranquila. Los próximos dos temas que cierran la cara A del disco detienen su furia y cambian el ritmo por unas baladas como es el caso de “Musi” -tema dedicado a la madre del hijo de Cantilo-, y termina ese hilo conductor con “Demián”, compuesto para su hijo.
El Lado B, arranca nuevamente bien arriba con “Una Manera de Llegar”, el cual tiene unos arreglos muy interesantes de fondo. “La Leyenda del Retorno”, se aleja un poco de esa evocación a lo natural para politizarse un poco remitiéndonos de forma directa a su grupo anterior, Pedro y Pablo. El tema es un Hard Rock bien enérgico donde la letra hace mención a la expectativa y convulsión popular que se vivía por esos años debido al retorno al país y a la política de Juan Domingo Perón tras 17 años de exilio. Una letra metafórica pero bien punzante e incisiva.
… / Los falsos dioses de aire, tierra y agua / Vencieron el hechizo que reinaba / El gran cacique vuelve del exilio / Manos al cielo padre de los indios /
/ Traigan al líder! / Traigan al líder! / El pueblo lo quiere vivar” /
/ “Vine ante todo para destapar. La pipa de la paz.” / Un par de recitales voy a dar antes de continuar. / Olvidemos los rencores compañeros y señores / Con el gran jefe del ejército tengo que zapar /
/ La sonrisa serena de los sabios / la fatiga de abuelo entre los labios y muchísimos años más /
/ Convoquen a los ángeles reos / A los cirujas y a los ateos / A las sacerdotisas del puerto / Y al cazador de espíritus muertos /
/ La muchedumbre jubilosa canta / alrededor de la fogata santa / tres guerreros ahumados / manejan el asado /
/ Traigan al líder! / Traigan al líder! / El pueblo lo quiere vivar” /
Continuando con ese análisis de la sociedad sigue el tema “Algo Está por Suceder”, una canción con un espíritu más crítico hacia el hombre en si mismo. Es muy interesante también la progresión de acordes del estribillo durante este tema. Cierra el álbum “Las Imágenes que Ves Entre las Nubes”, que comienza al igual que muchas canciones de este trabajo casi con aires pastorales para terminar a toda furia en un Hard Rock.
Este Lp, debido a la demorada edición y a la poca difusión que obtuvo luego de su salida pasó a ser un objeto de culto dentro de los coleccionistas, sin embargo más allá de esto, sería una pena quedarse en el sólo hecho de “oculto” y no valorar la calidad compositiva e instrumental que tiene en su interior. Para los interesados, hace ya unos años el sello Viajero Inmóvil lanzó una edición especial en digipack el cual respeta el arte de tapa original terminando con esto muchos años de injusticia de un material que se encontraba descatalogado.
La Argentina no fue la excepción a este movimiento y también supo tener a sus “propios Hippies” los cuales abría que diferenciarlos en los de “pura cepa”, que vivían y sentían su forma de pensar y ver la vida como algo real, verdadero y no pasajero o de moda como algunos Hippies de “fin de semana” que estaban enfilados más en una tendencia del momento. Si hablamos de Hippies en la Argentina, existe un relato -casi romántico- de esa aventura que fueron a vivir muchos hacia El Bolsón, en pos de vivir sus sueños naturales y huyendo descreídos de los aires consumistas y grises que se vivían en Buenos Aires. Varios de esos jóvenes buscaban una nueva forma de vivir y consigo llevaban una mochila llena de pensamientos de cambio, sueños y valores ideológicos los cuales los unificaba y no los rotulaba como sí lo hacían las funciones que desempeñaban en el día a día en la ciudad. Por este motivo, no es de extrañar que pudieran convivir diferentes personas que escapaban con sus sueños más individuales para convertirlos en colectivos. Por supuesto, también hubo músicos que decidieron emigrar hacia la Patagonia ya que no se encontraban cómodos con lo que sucedía en la ciudad a nivel político.
Uno de ellos fue Miguel Cantilo, antiguo integrante del grupo Pedro y Pablo, que asediado por la censura y persecución artística decide emigrar hacia El Bolsón. No está demás mencionar que el grupo que integraba con Jorge Durietz nunca fue bien visto por su crítica política y su incisivo retrato a la sociedad en discos como “Yo Vivo en esta Ciudad” y con el editado a duras penas “Conesa”. Este último, de alguna forma ya preanunciaba esa búsqueda colectiva y esa experiencia de vivir en comunidad ya que todo el proceso de grabación fue en una casa ubicada en la calle del mismo nombre de la ciudad de Buenos Aires. Este proceso de vivir en grupos no fue un hecho aislado sino que varias otras agrupaciones también lo venían haciendo como fue el caso de Arco Iris y el de La Cofradía de la Flor Solar. De hecho, de esta última banda también decidió emigrar el guitarrista Kubero Díaz junto a Cantilo hacia la Patagonia. De este viaje y posterior residencia en Las Golondrinas, ubicada en el Valle de El Bolsón, surgieron las canciones que formarían parte de este disco llamado “Miguel Cantilo y Grupo Sur”. Los temas que integran este Lp tienen letra de Cantilo mientras que la música es compartida por ambos. El disco que se grabó en 1973 en los estudios ION recién salió a la luz en 1975 por el desaparecido sello Trova, y el cual por el paso de esos años sintió el golpe ya que la difusión del material fue escasa y el panorama musical ya era otro.
El sonido de este Lp estaba muy empapado por el rock anglosajón de esos años, un rock más duro y desenfrenado, que mezclaba baladas con ciertos aires folk junto a experimentaciones psicodélicas. Más allá de que las composiciones fueras compartidas entre Cantilo y Díaz, este último antes de grabar el Lp parte para tocar junto a Billy Bond y La Pesada del Rock and Roll. Un hecho que hoy puede ser no muy bien visto, pero que por aquellos años era de moneda común que cualquiera estuviera con cualquiera ayudando y colaborando con varios músicos a la vez sin pertenecer a algún grupo en particular. Por este motivo, Cantilo decide buscar integrantes para la grabación de este trabajo, encontrando la participación de Willy Pedemonte en guitarra, Alejandro Marassi en bajo, Diego Villanueva en batería, Jorge Pinchevsky -La Pesada del Rock and Roll- en violín y Gastón Cubillas en saxo entre otros.
El Lp abre con “Sur Alabanzas”, un tema que comienza tranquilo, casi pastoral, para luego terminar en un Hard Rock a toda furia, todo esto acompañado por una letra plagada de invocaciones a la naturaleza y a la búsqueda del ser interior. El próximo es “Naturangel”, cuya letra continua en la mención de esa búsqueda interior y existencial del hombre. Esta canción tiene muy buenos riffs de guitarra que la vuelven Hard Rock a pesar de que comienza también de forma tranquila. Los próximos dos temas que cierran la cara A del disco detienen su furia y cambian el ritmo por unas baladas como es el caso de “Musi” -tema dedicado a la madre del hijo de Cantilo-, y termina ese hilo conductor con “Demián”, compuesto para su hijo.
El Lado B, arranca nuevamente bien arriba con “Una Manera de Llegar”, el cual tiene unos arreglos muy interesantes de fondo. “La Leyenda del Retorno”, se aleja un poco de esa evocación a lo natural para politizarse un poco remitiéndonos de forma directa a su grupo anterior, Pedro y Pablo. El tema es un Hard Rock bien enérgico donde la letra hace mención a la expectativa y convulsión popular que se vivía por esos años debido al retorno al país y a la política de Juan Domingo Perón tras 17 años de exilio. Una letra metafórica pero bien punzante e incisiva.
… / Los falsos dioses de aire, tierra y agua / Vencieron el hechizo que reinaba / El gran cacique vuelve del exilio / Manos al cielo padre de los indios /
/ Traigan al líder! / Traigan al líder! / El pueblo lo quiere vivar” /
/ “Vine ante todo para destapar. La pipa de la paz.” / Un par de recitales voy a dar antes de continuar. / Olvidemos los rencores compañeros y señores / Con el gran jefe del ejército tengo que zapar /
/ La sonrisa serena de los sabios / la fatiga de abuelo entre los labios y muchísimos años más /
/ Convoquen a los ángeles reos / A los cirujas y a los ateos / A las sacerdotisas del puerto / Y al cazador de espíritus muertos /
/ La muchedumbre jubilosa canta / alrededor de la fogata santa / tres guerreros ahumados / manejan el asado /
/ Traigan al líder! / Traigan al líder! / El pueblo lo quiere vivar” /
Continuando con ese análisis de la sociedad sigue el tema “Algo Está por Suceder”, una canción con un espíritu más crítico hacia el hombre en si mismo. Es muy interesante también la progresión de acordes del estribillo durante este tema. Cierra el álbum “Las Imágenes que Ves Entre las Nubes”, que comienza al igual que muchas canciones de este trabajo casi con aires pastorales para terminar a toda furia en un Hard Rock.
Este Lp, debido a la demorada edición y a la poca difusión que obtuvo luego de su salida pasó a ser un objeto de culto dentro de los coleccionistas, sin embargo más allá de esto, sería una pena quedarse en el sólo hecho de “oculto” y no valorar la calidad compositiva e instrumental que tiene en su interior. Para los interesados, hace ya unos años el sello Viajero Inmóvil lanzó una edición especial en digipack el cual respeta el arte de tapa original terminando con esto muchos años de injusticia de un material que se encontraba descatalogado.
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