Made in: Argentina
Publicado por Mocker , jueves, 7 de abril de 2011 14:57
León Gieco: "4° Lp" (1978)
El folclore en su forma musical, dejemos de lado costumbres, tradiciones, historias, bailes y un largo etcétera, es una de las expresiones más cercanas para dar a conocer, mostrar y llevar bien en alto la bandera de un pueblo, estado o nación. Con esto, cada región e incluso país tienen sus culturas musicales y su propio folclore. Ahora bien, si esto lo llevamos al rock, estos dos estilos empezaron a fusionarse por la década del ´60. En un primer momento, como todo cambio, no fue muy bien recibido ya que vieron en algunos artistas que mezclar estos dos estilos era poco menos que una traición. Sin embargo, a pesar de esto, se resistieron los embates y así nació el Folk Rock.
Unas líneas más arriba se mencionaba que el folclore no es único, sino que toma matices de cada lugar. Entonces bien, con el Folk Rock sucede lo mismo. Este estilo no es el mismo en EE.UU, que en Inglaterra, Irlanda o ciertas partes de Europa, solo por mencionar algunos mercados bastante fuertes dentro del Folk Rock. Ahora bien, si esto lo trasladamos a nuestro mercado nacional, una de las primeras y más reconocidas figuras de nuestro incipiente Folk Rock fue sin dudas León Gieco. Dentro de la discografía de Gieco podemos encontrar siempre un gran cariño o amor por los sonidos autóctonos de nuestro Interior. En casi todos sus trabajos tiene en mayor o menor medida rastros y vetas de las raíces del folclore nacional. Esto se puede apreciar desde discos como este “4° Lp”, “Mensajes del Alma” o el triple “De Ushuaia a la Quiaca”, el álbum mas federal que se grabó en el país. Sin embargo, es con este cuarto trabajo con el que comienza a transitar esos sonidos bien autóctonos, pero siempre sostenidos por una prosa bien comprometida con lo social. Para este trabajo Gieco volvió al país luego de un autoexilio dadas las condiciones políticas y de gobierno que se vivían a finales de los ´70.
“4° Lp” fue el mejor trabajo que lanzó Gieco hasta ese año 1978, no sólo por la calidad de sus canciones sino también por la producción que estuvo atrás de este y la colaboración con otros artistas muy importantes que aportaron su granito de arena. El “seleccionado” que juntó Gieco tuvo a Charly García en el piano, Nito Mestre y María Rosa Yorio en coros, Oscar Moro en batería y Alfredo Toth en bajo dentro de los más reconocidos del ámbito del rock, ya que también ayudaron en el proyecto músicos “del otro palo”, más cercanos a la música clásica y al folclore, como el bandoneonísta Dino Saluzzi y el violinista Sergio Polizzi.
El disco abre con un clásico no sólo de la obra de León sino ya de la canción nacional, incluso traspasando fronteras. Son esas canciones que dejan de formar parte de la discografía de un artista para convertirse en una canción casi de patrimonio nacional y cultural como es “Sólo le Pido a Dios”. Siempre se dijo que Gieco al principio no estaba muy conforme con este tema ya que lo encontraba un poco aburrido, aunque de seguro nunca se imagino ni por casualidad el disparador social e ideológico que podía llegar a tener esta canción dentro de la sociedad argentina. En el momento en que se gestó esta canción, el país más allá de estar regido por un gobierno de facto, también se encontraba en el momento más visceral y crudo del conflicto con Chile por el Canal de Beagle. Se podía percibir de forma latente que estas diferencias podían llegar incluso a un conflicto bélico. Sin embargo, años más tarde, con la Guerra de Malvinas, “Sólo le Pido a Dios” volvió a erigirse como una bandera por la paz. La canción instrumentalmente es muy simple, sólo la voz y guitarra de Gieco junto al bandoneón de Dino Saluzzi, sin embargo, con estos únicos instrumentos la canción logra tocar las fibras más intimas.
Luego sigue “El Que Queda Solo”, una canción con rastros bien marcados hacia el folclore, con instrumentos como la quena, el bombo y el charango. Una canción muy autóctona en cuanto a instrumentación y de fácil escucha, mientras que por el lado de la letra menciona el contrapunto de varios individuos que pueden convivir dentro de un mismo territorio. Por un lado, los hombres solitarios, humildes y quizás sin recursos mientras que en el otro rincón se encuentran hombres de características tiranas, sin escrúpulos y de grandes recursos en base a la explotación humana.
“El que queda solo en navidad / en su casa o por la ciudad / Ay por quien , ay por quien , por quien / Brindará. / El que vive sin importarle / todo lo que sufren los demás / Ay por quien , ay por quien , por quien / Vivirá.”
“El que grita solo en un rincón / sin que nadie lo pueda escuchar / Ay por quien , ay por quien , por quien / Gritará. / El que pierde toda su humildad / por tener la suerte de triunfar / Ay por quien , ay por quien , por quien / Cantará.”
El tercer tema, “Dice el inmigrante”, continúa con la línea social que siempre caracteriza a Gieco. En esta oportunidad reflejando las vicisitudes por las que tiene que atravesar el personaje en cuestión para tratar de no ser discriminado y/o aislado. Musicalmente se pueden apreciar buenos arreglos de guitarra y ese sonido de bajo tan característico de los grupos de Argentina de finales de los ´70. Luego viene “Ya Soy un Croto”, la cual una vez más continua con esa visión punzante de retratar un cuadro cotidiano de las personas más comunes y/o marginadas.
El próximo tema es también un clásico dentro de la discografía de Gieco y se trata de “Cachito El Campeón de Corrientes”. En el cual León se despacha con un chamamé retratando una historia sobre el ascenso y ostracismo de un muchacho del interior que sale de su provincia natal con los sueños intactos de ayudar a su familia de origen humilde y hacerse de un nombre en la gran ciudad triunfando como boxeador. Sin embargo, queda preso por las garras inescrupulosas de un empresario que supo lucrar con él a cambio de nada. Una vez más Gieco retrata con precisión la historia de un personaje que sirve para encumbrar a muchos “cachitos” que engañados son usados para el beneficio económico de quien los contrata.
“Desde Corrientes a Buenos Aires / un señor lo vino a buscar / cuando estacionó su auto vino el barrio a saludar: / chau Cachito, chau, vas a ser campeón, / desde aquí te alentaremos por la televisión.”
“En la noche del debut / Corrientes estaba prendido / y un solo grito se oyó / cuando el correntino entró: / Vamos Cachito, vamos, debes ser el campeón, / desde aquí te alentaremos por la televisión.”
“El correntino saltarín mostraba su inocencia / y entre las cuerdas se vio sangrar sus redondas cejas. / Qué pensará mi madre / ay, ay sí, qué pensará. / Qué pensará mi barrio / ay, ay sí qué pensará.”
“Qué me estará pasando / que no lo puedo parar / éste me está matando de verdad... / Cómo estará mi madre / ay, ay sí, cómo estará. / Cómo estará mi pueblo / ay, ay sí, cómo estará.”
“Llora, Corrientes, llora / la derrota de su campeón. / El jueves llega Cachito en el micro de las dos, / y ese señor del auto / no aparece por Corrientes / porque dice / que es suficiente / el dinero que ganó. / Y ese señor del auto / no aparece por Corrientes / porque dice que es suficiente / el dinero que ganó.”
“Un Poco de Comprensión”, también refleja la historia de los menos pudientes y la falta de atención que pueden llegar a tener. El tema es una dulce balada con unos muy buenos coros de Mestre y Yorio y un arreglo de piano de Charly García. Luego vendrían dos temas como “Continentes en Silencio” y “La Historia Esta” que en su prosa hablan sobre la tiranía de algunos gobernantes y del dolor que le causan a la sociedad. Este último mencionado, junto con “Canción de Amor Para Francisca” y “Tema de los Mosquitos”, fueron grabados en vivo en el Estadio Luna Park en un recital a beneficio. Una vez más Gieco nos muestra esa facilidad que tiene para contarnos historias de gente humilde, discriminada, aislada y sin voz para hablar sobre sus problemas como en este caso refleja la vida de una mujer que trabaja vendiendo su cuerpo mientras que sobrelleva todo esto en pos de su pequeña hija.
“Tema de los Mosquitos” como tantos otros dentro del repertorio de Gieco fue una canción contestataria que supo estar en el ojo de la tormenta para algunos gobernantes militares de por ese entonces junto a otros temas de la pluma de León como “Hombres de hierro” o “La Cultura es la Sonrisa”. Sin embargo, su mensaje estuvo demasiado encriptado para el ojo censor retratando con los seres más puros, los animales, lo que estaba sucediendo dentro de la sociedad.
“El gorrión le quitó la casa al hornero / un ave de rapiña picoteaba un cordero / la lechuza se prendió de los ojitos / de una rana chiquitita y de un sapito”
“Todas las abejas y todas las ovejas / fueron masacradas por la gran araña / los mosquitos picoteaban a un chancho estancado / masticando mariposas de los pantanos”
“Ay, que vida es esta dijo un cazador / salieron a matarse todos los animales”
“Un pavo real perdió todas sus plumas / en una sangrienta encrucijada de pumas / la calandria fue atrapada por la serpiente / los conejos pisoteados por el elefante”
“La hiena cantaba una triste canción / las hormigas bailoteaban sobre las iguanas / el caimán se comió al pajarito / que le limpiaba los dientes con su piquito”
Este tema cierra este “4° Lp”, un disco indispensable dentro de la discografía de León Gieco para entender el mensaje que quería transmitir no sólo en su lírica, sino también en su música. Este trabajo fue sin dudas la apertura musical y la unión de dos estilos, integrándose también dos tipos diferentes de público. El del “palo” rockero y el folclórico. Más allá que siempre Gieco y otros artistas de nuestro rock tuvieron antes algunos coqueteos con la música folclórica, es quizás León el más fiel representante a nivel nacional de nuestra música autóctona.
En el universo de la gran demagogia argenta, Gieco está en el podio.