Pará las Orejas!
Publicado por Mocker , jueves, 9 de junio de 2011 2:40
Keren Ann: "101" (2011)
Hace ya varios años que la música francesa se corrió un poco de sus niñas mimadas, la Chanson y el Folk para acercarse a un sonido más moderno y contemporáneo. Incluso en algún momento Francia fue punta de lanza dentro de una movida electrónica y ahora ya han ganado su espacio dentro de un rock que mezcla esto ultimo junto a sonidos más electrónicos. Desde los Air, Daft Punk, Rinocerose y un par de grupos más se comenzó a gestar una nueva rama de la música francesa y empezaron a torcer el “acartonamiento” por el que estaba pasando la misma. Incluso, llegaron a “jugarse” al cantar en algunos casos en inglés y no en su idioma natal. Sabemos que si existe un país ultra defensor de su idioma ese es Francia, pero también somos concientes que el idioma que domina el mundo es el Inglés y muchas veces es más fácil para insertarse en estos mercados el cantar y componer en este último antes que en su lengua madre. Ejemplos de grupos que deciden cantar en Inglés y no en el idioma de su país originario hay muchos y en todos los mercados, Islandia, Suecia y una larga lista más. Sin embargo, en un país ortodoxo como Francia no debe haber sido fácil empezar a torcer la historia. De todas maneras, muchos otros artistas, también contemporáneos, pero ya en una veta más de cantautor como puede ser Benjamín Biolay -muchas veces comparado con Serge Gainsbourg- a pesar de coquetear siempre con el Rock, sigue defendiendo a la Chanson en algunas de sus composiciones y esto queda de manifiesto -entre otras cosas- al seguir utilizando el francés en sus letras. Esto es un claro ejemplo que se puede convivir en lo musical con varios idiomas y estilos musicales sin caer en la ortodoxia extrema y cerrarse ante las nuevas cosas que pueden estar sucediendo.
Un ejemplo de esto último, ya en su veta femenina, es el de Keren Ann, una artista que viene hace ya casi una década editando discos entre el Folk y la Chanson pero es con este último trabajo, “101”, con el que se despega un poco de la tradición a la cual siempre se las encumbro a las artistas musicales femeninas en Francia como fueron Francoise Hardy, France Gall, Jane Birkin, Sylvie Vartan y un largo etcétera.
Keren Ann, cuya nacionalidad es holando-israelí vivió desde los 11 años en Francia y se influenció por todas estas artistas anteriormente mencionadas, sin embargo el idioma que utiliza en sus canciones es el inglés y el sonido de su última placa esta muy lejos de ser el de la típica chica con su guitarra al hombro sino que se acercó más a los sonidos contemporáneos. El disco “101” fue compuesto, escrito, arreglado y producido de forma integra por ella y va jugando entre varios estilos, desde el Electro Pop hasta el Low-Fi, siempre encumbrado -aunque sus letras son en inglés- bajo el típico charm francés que tanto nos puede encandilar.
El álbum comienza con el single “My Name is Trouble” un tema hipnótico, bailable pero en onda Low-Fi y Dream Pop. Tiene características electrónicas que se van envolviendo con la dulce voz de Ann que lo pueden convertir sin dudas en uno de los temas del año. Como contraposición del pegadizo comienzo aparece “Run With You”, un tema muy deudor de las baladas francesas de las artistas mencionadas anteriormente. Tiene un halo de misterio y tragedia en su composición que la vuelven atractiva y mucho de esto se debe al arreglo coral de la canción.
“All The Beautiful Girls”, ya en tono más acústico nos termina de comprar con una dulce melodía que nos arropa mientras la letra de la canción nos habla sobre el papel de incomprensión de la mujer y sus relaciones con el sexo masculino. Otras canciones de similares características sonoras pueden ser “You Were on Fire” y “Song From a Tour Bus”, las cuales son en una tonalidad acústica pero con un arreglo de fondo de orquesta que se mezcla de forma perfecta con la etérea voz de Ann.
“Sugar Mama”, tiene un sonido más moderno y pegadizo, es una canción Pop apta para chicas cándidas pero que ocultan siempre un lado oculto y prohibido. La composición del tema está muy emparentada con los sonidos de los ´60 tanto de la generación de chicas Yé-Yé como del denostado Bubblegum -pop pegadizo y muy comercial- de mediados de esa década. Este tema es un muy buen intermedio bailable que se mezcla entre canciones acústicas. “She Won´t Trade It For Nothing” continua con esa línea de reflejar canciones de un sonido deudor de los ´60 edulcorado para estas épocas.
“Blood in My Hands”, tiene un sonido también muy retro, y un repiqueteo de la percusión y de los teclados que le dan una textura interesante a un tema tragi-cómico cuya letra habla sobre una relación bastante particular y violenta entre una mujer y un hombre. La música, la voz y un violín -con aires afrancesados- acompañan un relato tenebroso que se vuelve amigable por la forma musical de composición.
Llegando al final del disco nos encontramos con “Strange Weather”, un tema que bajo un tono orquestal de fondo se luce la telúrica voz de Keren Ann creando un marco y redondeando un buen final de álbum en el in-crescendo con aires trágicos que se va transformando la canción. Sin embargo, el desenlace del trabajo lleva el título homónimo al disco, en el cual es una narración en cuenta regresiva de sucesos históricos, culturales, cotidianos, etc. mientras que de fondo suena un arreglo repetitivo de percusión y teclados.
El disco “101”más allá de ser de una constante búsqueda que sirvió para que Ann cambie -para bien- el camino musical de su carrera acercándose a sonidos más contemporáneos que apunten a fortalecer su carrera, también nos deja un sabor a buen gusto que puede ser el disparador -tal cual como lo demuestra su tapa- para investigar un poco más sobre el encanto de la chanson francesa.
Un ejemplo de esto último, ya en su veta femenina, es el de Keren Ann, una artista que viene hace ya casi una década editando discos entre el Folk y la Chanson pero es con este último trabajo, “101”, con el que se despega un poco de la tradición a la cual siempre se las encumbro a las artistas musicales femeninas en Francia como fueron Francoise Hardy, France Gall, Jane Birkin, Sylvie Vartan y un largo etcétera.
Keren Ann, cuya nacionalidad es holando-israelí vivió desde los 11 años en Francia y se influenció por todas estas artistas anteriormente mencionadas, sin embargo el idioma que utiliza en sus canciones es el inglés y el sonido de su última placa esta muy lejos de ser el de la típica chica con su guitarra al hombro sino que se acercó más a los sonidos contemporáneos. El disco “101” fue compuesto, escrito, arreglado y producido de forma integra por ella y va jugando entre varios estilos, desde el Electro Pop hasta el Low-Fi, siempre encumbrado -aunque sus letras son en inglés- bajo el típico charm francés que tanto nos puede encandilar.
El álbum comienza con el single “My Name is Trouble” un tema hipnótico, bailable pero en onda Low-Fi y Dream Pop. Tiene características electrónicas que se van envolviendo con la dulce voz de Ann que lo pueden convertir sin dudas en uno de los temas del año. Como contraposición del pegadizo comienzo aparece “Run With You”, un tema muy deudor de las baladas francesas de las artistas mencionadas anteriormente. Tiene un halo de misterio y tragedia en su composición que la vuelven atractiva y mucho de esto se debe al arreglo coral de la canción.
“All The Beautiful Girls”, ya en tono más acústico nos termina de comprar con una dulce melodía que nos arropa mientras la letra de la canción nos habla sobre el papel de incomprensión de la mujer y sus relaciones con el sexo masculino. Otras canciones de similares características sonoras pueden ser “You Were on Fire” y “Song From a Tour Bus”, las cuales son en una tonalidad acústica pero con un arreglo de fondo de orquesta que se mezcla de forma perfecta con la etérea voz de Ann.
“Sugar Mama”, tiene un sonido más moderno y pegadizo, es una canción Pop apta para chicas cándidas pero que ocultan siempre un lado oculto y prohibido. La composición del tema está muy emparentada con los sonidos de los ´60 tanto de la generación de chicas Yé-Yé como del denostado Bubblegum -pop pegadizo y muy comercial- de mediados de esa década. Este tema es un muy buen intermedio bailable que se mezcla entre canciones acústicas. “She Won´t Trade It For Nothing” continua con esa línea de reflejar canciones de un sonido deudor de los ´60 edulcorado para estas épocas.
“Blood in My Hands”, tiene un sonido también muy retro, y un repiqueteo de la percusión y de los teclados que le dan una textura interesante a un tema tragi-cómico cuya letra habla sobre una relación bastante particular y violenta entre una mujer y un hombre. La música, la voz y un violín -con aires afrancesados- acompañan un relato tenebroso que se vuelve amigable por la forma musical de composición.
Llegando al final del disco nos encontramos con “Strange Weather”, un tema que bajo un tono orquestal de fondo se luce la telúrica voz de Keren Ann creando un marco y redondeando un buen final de álbum en el in-crescendo con aires trágicos que se va transformando la canción. Sin embargo, el desenlace del trabajo lleva el título homónimo al disco, en el cual es una narración en cuenta regresiva de sucesos históricos, culturales, cotidianos, etc. mientras que de fondo suena un arreglo repetitivo de percusión y teclados.
El disco “101”más allá de ser de una constante búsqueda que sirvió para que Ann cambie -para bien- el camino musical de su carrera acercándose a sonidos más contemporáneos que apunten a fortalecer su carrera, también nos deja un sabor a buen gusto que puede ser el disparador -tal cual como lo demuestra su tapa- para investigar un poco más sobre el encanto de la chanson francesa.
y.... un ni.... no me mató, pero esta bueno....
yo.