Revisando los Rincones

Publicado por Mocker , miércoles, 27 de abril de 2011 12:55

Betty Davis: "Betty Davis" (1973)

“Detrás de todo gran hombre siempre hay una… ¿explosiva mujer?”, cambiemos un poco la ya conocida tradicional frase para pintar de cuerpo entero a la exótica y salvaje Betty Davis, segunda esposa del excelente trompetista Miles Davis. La Femme Fatale y porque no también mujer prohibida del Funk, fue muy inspiradora y catalizadora del cambio de sonido que tuvo Miles Davis en su carrera. El disco con el cual se empezó a acercar al rock para luego crear una fusión entre este y el jazz fue el “Bitches Brew” que se gestó a finales del 69, durante el período que conoció a Betty Davis. La relación eso implosión y no duro más de un año, del ´68 al ´69 y esto se debía a que ambos tenían espíritus muy inquietos, libres y no hay que restarle valor a la parte más obvia, Miles le llevaba una veintena de años más y no quiso ni pudo seguir el tren de la juventud que comandaba Betty.

De esta unión de personalidades bien marcadas y seguras, ambos protagonistas supieron sacar sus réditos, Miles se acerco al Funk de Sly and The Family Stone y al Rock de Jimi Hendrix, personajes que fueron arrimados porque Betty Davis se movía en ese círculo, mientras que la Sra. Davis logró llevar un apellido que hablaba por si sólo dentro de la escena musical. Incluso el aporte de Betty Davis no sólo se quedo en lo musical, sino que también cambió la forma de vestir y la estética de Miles. Cambió sus trajes elegantes por ropas de vívidos colores, anteojos muy grandes, trajes dorados y cualquier otra vestimenta que marcara una distinción. De todas maneras dejemos de lado la unión Davis-Davis y sus repercusiones -sino también tendríamos que mencionar el posible affaire que tuvo la parte femenina de este apellido con Hendrix, cosa que desato la furia de Miles- y analicemos el primer larga duración de Betty Davis.

Comencemos por la portada, en la misma se la ve a ella con un portentoso peinado afro, unos ajustadísimos y bien calzados jeans cortos, una camisa de colores con un nudo a la altura del pecho y unas botas “galácticas” de plataforma. Esta imagen refleja actitud, frescura y una cosa sexual que ya nos indica de que va el contenido del Lp.
El disco abre bien arriba con el groove de “If I´m in Luck I Might Get Picked Up”, una base bien Funk con el sonido de un bajo bien gomoso y una batería que marca el ritmo, mientras van apareciendo los arreglos de una guitarra y un teclado bien punzante. Hasta acá es un tema que no tiene nada que envidiarle a los mejores de Sly and The Family Stone, sin embargo cuando entra la voz de Betty Davis la cosa cambia por completo, todo es magnificado. Esa voz tiene por partes iguales condimentos sexuales, combativos, de excesos, actitudes y una seguridad frente al micrófono que la distingue de inmediato. Tiene la fuerza de una pantera negra dispuesta a marcar territorio frente al sexo masculino, diciéndole en la cara que no les debe nada y que se puede valer por si sola, todo esto soportado en los cimientos de su imagen y actitud.

No está demás mencionar que por ese entonces ya había varias figuras femeninas negras dentro de la escena musical, Aretha Franklin o Diana Ross entre las mas consagradas, pero sin embargo ninguna se había mostrado tan independiente, jugada y combativa en su prosa y en su estética. Las anteriormente mencionadas tenían una imagen naif, la cual era 100% opuesta a la imagen sexual y prohibida que mostraba Betty Davis junto con una actitud y una forma de pensar que representaba más que ninguna al ghetto y a las raíces afro. Las letras de Davis siempre tenían cierta connotación sexual, ya desde la primer canción la cual hablaba sobre -“Si tengo suerte, me recogerás con el auto y me llevaras a tu casa”- hasta “Anti Love Song”, la cual le declara la guerra al amor, quizás un misil teledirigido a la figura de su ex, Miles Davis. La voz prohibida, -¿pagana?- y sexual de Betty va jugando entre la base de bajo, el arreglo de guitarra y teclados escupiendo todas sus penas amorosas.

“No, yo no quiero amarte / Porque yo sé cómo eres / Es por eso que he estado viviendo lejos de ti / Es por eso que yo no te he llamado”

“Porque yo sé que te gusta estar a cargo / Pero conmigo sabes que no me puedes controlar, no? / Porque sabes que te haría bajar la guardia / Porque tendrías que comerte tu ego / Yo te haría añicos tu orgullo


Otro tema con un alto grado de sexualidad y con cierto halo de relación prohibida es “Your Man My Man”, cuya letra habla sobre el deseo de estar con un hombre que ya es de otra mujer.
Muy a pesar suyo, America aún no estaba lista para unas letras y una imagen femenina tan sexualmente directa. Varios de sus shows fueron boicoteados y cancelados por grupos religiosos mientras que por su parte, sus temas no fueron radiados de forma correcta tanto por estaciones de radio negras como blancas, ya que en ninguna sea por una u otra razón, encontraba un piso para publicitarse. Sin embargo, con el trascurrir de los años la discografía de Davis fue posicionada como objeto de culto y venerada dentro de la crítica especializada.

El sonido Funk se debe a la producción de Gregg Errico, baterista de la influyente Sly and The Family Stone, sin embargo, el rol de Errico no sólo se ajusta a la producción sino que también ejecuta la batería en todo el Lp. Un dato para nada menor es que salvo este disco, los próximos trabajos de Davis fueron todos producidos por ella y las canciones de todos sus álbumes fueron de su autoría, una muestra más de independencia, actitud y vanguardia, ya que ninguna artista femenina afro tuvo tanto control de su obra como Betty Davis.
Completa la formación el guitarrista de Santana, Neal Schon, aportando un rock bien duro emparentado muy a la escuela Hendrix, otro ex Family Stone como es Larry Graham añade un sonido inconfundible con su bajo bien sostenido y al frente. Luego tiene la colaboración en los bronces de Hershall Kennedy, Greg Adams, Mic Gillette y Skip Mesquit en el saxo, la percusión de Patryce Banks y los coros de las Pointer Sisters, todo un seleccionado del Funk, logrando un sonido único que mezcla a Family Stone, Funkadelic y Jimi Hendrix.

Los temas “Steppin in Her I. Miller Shoes” y “Game is My Middle Name” -gran aporte vocal-, tienen un corte más rockero, más en la veta Hendrix, apoyado mucho por la guitarra de Schon, mientras que “Ooh Yea” se debe mas a la escuela de Family Stone y “Walking Up The Road” a los primeros Funkadelic si tenemos que encontrar grupos similares. En “In The Meantime”, Davis canta con dulzura, -una de las pocas veces que lo hará en el disco-, para graficar los placeres oscuros de la soledad, con la promesa de que ella va a poder sobrevivir con o sin un hombre. La Idiosincrasia de ella estaba bien marcada a fuego y nada ni nadie podía arrebatársela o modificarla.

La voz de Davis es distintiva, tiene personalidad, juega entre gritos, gemidos y exige a sus cuerdas vocales hasta lo máximo en cada canción. Su voz no es cándida ni dulce, nunca apunta al corazón y al sentimentalismo, sino que por el contrario, la dirige hacia el fuego interior, a la liberación, a lo sexual y a llevarte en un viaje de sensaciones y sentimientos a máxima velocidad.
Por último, para los interesados el sello Light in The Attic Records, reeditó en el 2007 el disco en formato CD con tres bonus tracks -nunca editados- que van en la misma línea de las canciones del larga duración y que perdérselos sería una injusticia como “Come Take Me”, “You Won´t See Me in The Morning” y “I Will Take That Ride”.

El Infaltable

Publicado por Mocker , miércoles, 20 de abril de 2011 15:11

Patti Smith: "Horses" (1975)

La vida esta llena de antagónicos, el Bien con el Mal, el blanco con el negro, la verdad con la mentira y el… ¿Hippismo con el Punk?. La fuerza de choque musical llamada Punk que irrumpió a finales de los ´70 tanto en EE.UU como en el Reino Unido, tuvo entre otros “enemigos” al Hippismo. Ellos los atacaban por su pasividad, sus vestimentas, pelos largos, amor a lo natural y su apología a la paz. Los Punks en cambio mostraban una faceta más dura, reprimida, violenta, con peinados y vestimentas propias, bien urbanos y con una ideología más combativa. Sin embargo, si nos remitimos al germen de gestación de cada uno de ellos podemos encontrar ciertas similitudes en cuanto a idiosincrasia y no tantas diferencias como luego se quiso “vender”. Ambas corrientes, cada una en su época, tuvieron como puntal de su ideología el cambiar lo establecido, torcer, reformular y revolucionar los fundamentos de la sociedad creando una contracultura y un lugar de identificación para toda esa gente que no pensaba al igual que la mayoría y que creían en otro “mundo”. El final de la historia en ambos casos ya es más que conocido, el sueño Hippie se cayó a pedazos y el Punk luego fue manoseado demasiado perdiendo con esto la brújula en su camino.

Los punks siempre hostigaron a los hippies, quizás porque estéticamente eran muy disímiles unos con otros, sin embargo, hubo una artista que miró más allá de las apariencias y vio en cada una de estas corrientes una similitud con la que se podía convivir. Hoy, a la distancia se la conoce a Patti Smith como la madrina del Punk, un rótulo que le cae como anillo al dedo pero el cual de todas formas le queda corto ya que fue mucho más que eso. Smith supo unir dos corrientes antagónicas, la furia y urgencia del Punk con el lirismo y prosa de los poetas Beatnicks. Combino el poder de la incipiente escena punk neoyorquina con los mensajes de cambio, postura social y filosofía existencialista de los poetas de San Francisco, creando un sonido y una impronta única siendo bien recibida por ambas corrientes.

Para esta aventura Smith no se encontraba sola sino que se rodeó de su guitarrista y amigo Lenny Kaye que la acompañó durante gran parte de su carrera, desde sus comienzos con presentaciones de poemas recitados hasta conciertos en festivales. La formación se completaba con el bajista Ivan Kral, el baterista Jay Dee Daugherty, y el pianista Richard Sohl. Sin embargo, faltaba un ingrediente más dentro de esta fórmula para que su primer disco, “Horses”, sea considerado un clásico. Este último, pero quizás más importante personaje, fue el productor John Cale, el cual ya tenía todo un background recorrido con los Velvet Underground y pudo captar el mensaje artístico que tenía para decir Smith como ningún otro. Cale sólo se redujo a hacer relucir a su diamante en bruto, es por esto que su producción es austera y cruda pero fue correcta e indispensable que esta haya sido así. Dejó que Smith diera todo de sí y se sintiera libre artísticamente de hacer y decir lo que quisiera. Smith quería ser poeta, mostrarle al mundo sus pensamientos y posturas político-sociales y encontró el vehículo para dar a conocer esto dentro del rock. Este disco más allá de su mensaje social, también le reasigna un nuevo lugar a la mujer, no sólo dentro del rock, sino también dentro de la sociedad. El álbum es de un material crudo y directo no sólo en su sonido sino también en sus letras, las cuales causaron cierta urticaria dentro de los sectores más conservadores.

-“Jesús murió por los pecados de alguien, pero no por los míos”- con esta frase, por demás polémica, comenzaba el disco y causó un revuelo de forma inmediata. Luego de recitar esto comienza con una versión de “Gloria” de los Them de Van Morrison, la cual comienza calma pero va aumentando su pulso hasta terminar en un grito desgarrador. Este tema más allá de su ser un cover se convirtió en uno de los caballitos de batalla más importantes dentro del repertorio de Smith, el cual se volvió quizás aún más reconocido que el tema original. “Redondo Beach”, se muestra más festivo, marchoso y de raíces reggae. Sin embargo, detrás de este sonido ameno se esconde una letra tortuosa de una mujer cuya novia se suicidó y su cuerpo aparece en una playa de Los Angeles.

“Birdland” y “Land” son dos temas cuya duración es de alrededor 9 minutos y muestran ese interés en las exploraciones de Smith por las composiciones largas, logrando un dramatismo mejor conservado en el tiempo con el segundo mencionado. El primero por momentos es difícil de digerir y quizás no soporte más de una escuchada, sin embargo es un fiel reflejo de que Cale dejó que Smith fuera libre de hacer lo que quisiera en este Lp. Estos temas son una muestra más de lo alejada que estaba Smith del punk de “dos minutos de duración y tres acordes”. Ella tenía cosas para decir y utilizo como vehículo la música, pero fue recibida con los brazos abiertos por los futuros punks por revolucionar, a su forma, lo establecido hasta el momento.
“Free Money”, también con el tiempo se convirtió en otro de los temas fijos en los conciertos de Smith. El mismo habla sobre la obtención de un dinero mal habido, convirtiéndose en una adicción en pos de comprarle a su amor objetos de valor para lograr su felicidad.

“Cada noche antes de dormir / encuentro un boleto que gana la lotería / Recojo perlas del mar, / para cambiarlas por dinero y comprarte todo lo que necesitas”

“Todas las noches antes de descansar mi cabeza / veo esos billetes arremolinándose alrededor de mi cama / Se que son robados, pero no me siento mal por eso / Tomé ese dinero para comprarte lo que nunca has tenido”

El próximo tema es “Kimberly”, cuyo título lleva el nombre de su cuarta hermana, en el cual describe el entorno de la infancia de Smith. “Break It Up”, lleva el protagonismo de la guitarra de un contemporáneo de toda la escena proto punk neoyorquina como es Tom Verlaine de los Television, donde la voz en forma de lamento de Smith calza perfecta para el espíritu del tema. La última pista esta reservada para “Elegie”, un tema muy diferente a todo el sonido del disco, Smith va recitando con su misteriosa voz las letras del tema mientras que de fondo es apoyada por el piano de Sohl y la guitarra de Allen Lanier de los Blue Oyster Cult.
Por su parte, la portada del Lp es considerada toda una obra en si misma. Esta es la fotografía que le sacó a Smith el fotógrafo y amigo Robert Mapplethorpe. La imagen andrógina en blanco y negro de Smith, con esa vestimenta y pose masculina nos transmite crudeza, frialdad, pero a su vez nos muestra lo simple y austero de su contenido.

“Horses”, fue el manifiesto del que luego estrellas femeninas del rock como Chrissie Hynde, Courtney Love, Siouxie Sioux, Pj Harvey y toda la escena del Riot Grrrl entre otras, se vieron influenciadas. Sin embargo, no sólo fue el faro a seguir por toda la rama femenina del rock ya que muchos otros artistas masculinos también se sintieron identificados con su contenido. Más allá de esto, hoy a la distancia podemos ver el alto impacto que tuvo Smith para unir dos corrientes musicales que muchas veces se las considera antagónicas como es el Punk y el Hippismo. Ella se encargó de unir estas dos expresiones como ningún otro. Una tarea para nada fácil, ya que son contados con los dedos de la mano los que pudieron salir airosos de esa aventura como fue Patti Smith, “la madrina del Punk….y del Hippismo”.

Popcorn

Publicado por Mocker , miércoles, 13 de abril de 2011 13:41

Arctic Monkeys: "At The Apollo"

Apolo no sólo fue un Dios de la mitología griega, sino también un teatro de Nueva York donde tocaron artistas de la talla de Marvin Gaye, Stevie Wonder, The Supremes y Aretha Franklin entre otros. Pero es con James Brown al grabar en 1963 el “Live At The Apollo”, el que lo posiciono dentro de uno de los lugares históricos, todo esto por la gran repercusión que tuvo en ventas el citado disco. Cruzando el Atlántico, más precisamente en Manchester, Inglaterra, también existe un teatro bajo el mismo nombre, muchos escalones por debajo en fama que su homónimo Americano, pero en el que en Diciembre de 2007 la novel banda de ese momento llamada Arctic Monkeys grabó su primer DVD como corolario de su gira mundial. El film fue realizado en 35 Mm por Richard Ayoade logrando retratarlos hasta el momento en su punto más alto de ebullición. El director supo mostrar como esta banda de adolescentes -aún con incipientes granitos en sus caras- querían patear el tablero de la industria musical llevándose puesto a fuerza de impronta y caradurez todo lo establecido hasta ese momento.


Muchos podrán decir que un poco fueron “inflados” por la revista New Musical Express, eso es cierto, todos los meses sale un nuevo “Mesías” del rock, pero los Arctic Monkeys supieron esquivar el bulto y hasta ahora siguen manteniéndose firmes. Antes de que su primer larga duración saliera a la venta en Inglaterra -fue el disco debut más vendido en la primera semana de venta en la historia de la música hasta ése momento- estos ya habían causado todo un revuelo, propiciado nada más que por el viejo truco del boca en boca. Incluso ellos recogieron el guante y a un EP que lanzaron lo llamaron “Who the Fuck Are Arctic Monkeys?”, riéndose de todo ese furor. Hasta este concierto, los Arctic Monkeys tenían dos discos editados, “Wathever People Say I Am, That´s What I´m Not” -pequeño título, ¿no?, bueno a Alex Turner parece gustarle las frases largas- y el segundo “Favourite Worst Nightmare”. Por este motivo el repertorio de canciones transita alrededor de estos dos trabajos y algunos lados B editados en simples junto con algunos temas nunca editados en ningún formato.


El DVD se reduce al concierto que dieron ese 17 de Diciembre de 2007 en Manchester y no es un compilado de los recitales que dieron durante su gira. Es muy lineal, y quizás lo más interesante es que eliminaron casi por completo los gritos del público para poder escuchar al grupo en su totalidad. Incluso la forma en que esta filmado es muy interesante ya que lo grabaron con varias cámaras enfocándolos bien de cerca y reduciéndose sólo a ellos -no hay ninguna toma directa hacia el público-, dándole cierto aire intimista a la performance. Incluso, hay una cámara que va andando sobre un rail en forma de circulo, logrando tomas detrás de ellos, y no sólo las típicas de frente. La edición por su parte también es interesante ya que en algunos temas divide la pantalla en tres, cuatro o más recuadros para mostrar a cada uno de los integrantes. El espíritu intimista que el director logra mostrar en este DVD se debe mucho a que fue filmado en un teatro y no en un mega estadio, jugando a su favor la disposición de las luces y la interacción con estas. La duración de este material es de 76 minutos y cuenta con la colaboración de dos invitados, el ex The Rascals y ¿actual? The Last Shadow Puppets, Miles Kane, que colabora en guitarra con los temas “Plastic Tramp” y “505”, mientras que como Bonus Track ya que no fui incluido en el DVD, se sube al escenario Richard Hawley para cantar junto a Turner “Bad Woman”.


El comienzo del DVD es con una cámara que va siguiendo a los Arctic Monkeys hasta que se suben al escenario para despacharse con una lista intensa de temas, “Brianstorm”, “This House is a Circus”, “Teddy Picker”, “I Bet You Look Good on The Dancefloor”, “Dancing Shoes”, “Fake Tales of San Francisco”, “When The Sun Goes Down”, “D is For Dangerous”, “Fluorescent Adolescent” “A Certain Romance” y “If You Were There, Beware” entre otros.


Este trabajo visual es muy recomendable no sólo para los que puedan estar esperando con ansias el nuevo material de los Arctic Monkeys, los cuales ya lanzaron dos simples bastantes prometedores que pareciera que los vuelve a sus fuentes y los aleja del ¿malogrado? tercer disco “Humbug”, sino que también puede ser disfrutado por cualquier interesado en pasar un buen rato mirando un buen concierto de rock… a secas.


"Teddy Picker"


"Flourescent Adolescent"


"I Bet You Look Good on The Dancefloor"


"Fake Tales of San Francisco"


"505"

Made in: Argentina

Publicado por Mocker , jueves, 7 de abril de 2011 14:57

León Gieco: "4° Lp" (1978)

El folclore en su forma musical, dejemos de lado costumbres, tradiciones, historias, bailes y un largo etcétera, es una de las expresiones más cercanas para dar a conocer, mostrar y llevar bien en alto la bandera de un pueblo, estado o nación. Con esto, cada región e incluso país tienen sus culturas musicales y su propio folclore. Ahora bien, si esto lo llevamos al rock, estos dos estilos empezaron a fusionarse por la década del ´60. En un primer momento, como todo cambio, no fue muy bien recibido ya que vieron en algunos artistas que mezclar estos dos estilos era poco menos que una traición. Sin embargo, a pesar de esto, se resistieron los embates y así nació el Folk Rock.

Unas líneas más arriba se mencionaba que el folclore no es único, sino que toma matices de cada lugar. Entonces bien, con el Folk Rock sucede lo mismo. Este estilo no es el mismo en EE.UU, que en Inglaterra, Irlanda o ciertas partes de Europa, solo por mencionar algunos mercados bastante fuertes dentro del Folk Rock. Ahora bien, si esto lo trasladamos a nuestro mercado nacional, una de las primeras y más reconocidas figuras de nuestro incipiente Folk Rock fue sin dudas León Gieco. Dentro de la discografía de Gieco podemos encontrar siempre un gran cariño o amor por los sonidos autóctonos de nuestro Interior. En casi todos sus trabajos tiene en mayor o menor medida rastros y vetas de las raíces del folclore nacional. Esto se puede apreciar desde discos como este “4° Lp”, “Mensajes del Alma” o el triple “De Ushuaia a la Quiaca”, el álbum mas federal que se grabó en el país. Sin embargo, es con este cuarto trabajo con el que comienza a transitar esos sonidos bien autóctonos, pero siempre sostenidos por una prosa bien comprometida con lo social. Para este trabajo Gieco volvió al país luego de un autoexilio dadas las condiciones políticas y de gobierno que se vivían a finales de los ´70.

“4° Lp” fue el mejor trabajo que lanzó Gieco hasta ese año 1978, no sólo por la calidad de sus canciones sino también por la producción que estuvo atrás de este y la colaboración con otros artistas muy importantes que aportaron su granito de arena. El “seleccionado” que juntó Gieco tuvo a Charly García en el piano, Nito Mestre y María Rosa Yorio en coros, Oscar Moro en batería y Alfredo Toth en bajo dentro de los más reconocidos del ámbito del rock, ya que también ayudaron en el proyecto músicos “del otro palo”, más cercanos a la música clásica y al folclore, como el bandoneonísta Dino Saluzzi y el violinista Sergio Polizzi.

El disco abre con un clásico no sólo de la obra de León sino ya de la canción nacional, incluso traspasando fronteras. Son esas canciones que dejan de formar parte de la discografía de un artista para convertirse en una canción casi de patrimonio nacional y cultural como es “Sólo le Pido a Dios”. Siempre se dijo que Gieco al principio no estaba muy conforme con este tema ya que lo encontraba un poco aburrido, aunque de seguro nunca se imagino ni por casualidad el disparador social e ideológico que podía llegar a tener esta canción dentro de la sociedad argentina. En el momento en que se gestó esta canción, el país más allá de estar regido por un gobierno de facto, también se encontraba en el momento más visceral y crudo del conflicto con Chile por el Canal de Beagle. Se podía percibir de forma latente que estas diferencias podían llegar incluso a un conflicto bélico. Sin embargo, años más tarde, con la Guerra de Malvinas, “Sólo le Pido a Dios” volvió a erigirse como una bandera por la paz. La canción instrumentalmente es muy simple, sólo la voz y guitarra de Gieco junto al bandoneón de Dino Saluzzi, sin embargo, con estos únicos instrumentos la canción logra tocar las fibras más intimas.

Luego sigue “El Que Queda Solo”, una canción con rastros bien marcados hacia el folclore, con instrumentos como la quena, el bombo y el charango. Una canción muy autóctona en cuanto a instrumentación y de fácil escucha, mientras que por el lado de la letra menciona el contrapunto de varios individuos que pueden convivir dentro de un mismo territorio. Por un lado, los hombres solitarios, humildes y quizás sin recursos mientras que en el otro rincón se encuentran hombres de características tiranas, sin escrúpulos y de grandes recursos en base a la explotación humana.

“El que queda solo en navidad / en su casa o por la ciudad / Ay por quien , ay por quien , por quien / Brindará. / El que vive sin importarle / todo lo que sufren los demás / Ay por quien , ay por quien , por quien / Vivirá.”

“El que grita solo en un rincón / sin que nadie lo pueda escuchar / Ay por quien , ay por quien , por quien / Gritará. / El que pierde toda su humildad / por tener la suerte de triunfar / Ay por quien , ay por quien , por quien / Cantará.”

El tercer tema, “Dice el inmigrante”, continúa con la línea social que siempre caracteriza a Gieco. En esta oportunidad reflejando las vicisitudes por las que tiene que atravesar el personaje en cuestión para tratar de no ser discriminado y/o aislado. Musicalmente se pueden apreciar buenos arreglos de guitarra y ese sonido de bajo tan característico de los grupos de Argentina de finales de los ´70. Luego viene “Ya Soy un Croto”, la cual una vez más continua con esa visión punzante de retratar un cuadro cotidiano de las personas más comunes y/o marginadas.

El próximo tema es también un clásico dentro de la discografía de Gieco y se trata de “Cachito El Campeón de Corrientes”. En el cual León se despacha con un chamamé retratando una historia sobre el ascenso y ostracismo de un muchacho del interior que sale de su provincia natal con los sueños intactos de ayudar a su familia de origen humilde y hacerse de un nombre en la gran ciudad triunfando como boxeador. Sin embargo, queda preso por las garras inescrupulosas de un empresario que supo lucrar con él a cambio de nada. Una vez más Gieco retrata con precisión la historia de un personaje que sirve para encumbrar a muchos “cachitos” que engañados son usados para el beneficio económico de quien los contrata.

“Desde Corrientes a Buenos Aires / un señor lo vino a buscar / cuando estacionó su auto vino el barrio a saludar: / chau Cachito, chau, vas a ser campeón, / desde aquí te alentaremos por la televisión.”

“En la noche del debut / Corrientes estaba prendido / y un solo grito se oyó / cuando el correntino entró: / Vamos Cachito, vamos, debes ser el campeón, / desde aquí te alentaremos por la televisión.”

“El correntino saltarín mostraba su inocencia / y entre las cuerdas se vio sangrar sus redondas cejas. / Qué pensará mi madre / ay, ay sí, qué pensará. / Qué pensará mi barrio / ay, ay sí qué pensará.”

“Qué me estará pasando / que no lo puedo parar / éste me está matando de verdad... / Cómo estará mi madre / ay, ay sí, cómo estará. / Cómo estará mi pueblo / ay, ay sí, cómo estará.”

“Llora, Corrientes, llora / la derrota de su campeón. / El jueves llega Cachito en el micro de las dos, / y ese señor del auto / no aparece por Corrientes / porque dice / que es suficiente / el dinero que ganó. / Y ese señor del auto / no aparece por Corrientes / porque dice que es suficiente / el dinero que ganó.”

“Un Poco de Comprensión”, también refleja la historia de los menos pudientes y la falta de atención que pueden llegar a tener. El tema es una dulce balada con unos muy buenos coros de Mestre y Yorio y un arreglo de piano de Charly García. Luego vendrían dos temas como “Continentes en Silencio” y “La Historia Esta” que en su prosa hablan sobre la tiranía de algunos gobernantes y del dolor que le causan a la sociedad. Este último mencionado, junto con “Canción de Amor Para Francisca” y “Tema de los Mosquitos”, fueron grabados en vivo en el Estadio Luna Park en un recital a beneficio. Una vez más Gieco nos muestra esa facilidad que tiene para contarnos historias de gente humilde, discriminada, aislada y sin voz para hablar sobre sus problemas como en este caso refleja la vida de una mujer que trabaja vendiendo su cuerpo mientras que sobrelleva todo esto en pos de su pequeña hija.

“Tema de los Mosquitos” como tantos otros dentro del repertorio de Gieco fue una canción contestataria que supo estar en el ojo de la tormenta para algunos gobernantes militares de por ese entonces junto a otros temas de la pluma de León como “Hombres de hierro” o “La Cultura es la Sonrisa”. Sin embargo, su mensaje estuvo demasiado encriptado para el ojo censor retratando con los seres más puros, los animales, lo que estaba sucediendo dentro de la sociedad.

“El gorrión le quitó la casa al hornero / un ave de rapiña picoteaba un cordero / la lechuza se prendió de los ojitos / de una rana chiquitita y de un sapito”

“Todas las abejas y todas las ovejas / fueron masacradas por la gran araña / los mosquitos picoteaban a un chancho estancado / masticando mariposas de los pantanos”

“Ay, que vida es esta dijo un cazador / salieron a matarse todos los animales”

“Un pavo real perdió todas sus plumas / en una sangrienta encrucijada de pumas / la calandria fue atrapada por la serpiente / los conejos pisoteados por el elefante”

“La hiena cantaba una triste canción / las hormigas bailoteaban sobre las iguanas / el caimán se comió al pajarito / que le limpiaba los dientes con su piquito”

Este tema cierra este “4° Lp”, un disco indispensable dentro de la discografía de León Gieco para entender el mensaje que quería transmitir no sólo en su lírica, sino también en su música. Este trabajo fue sin dudas la apertura musical y la unión de dos estilos, integrándose también dos tipos diferentes de público. El del “palo” rockero y el folclórico. Más allá que siempre Gieco y otros artistas de nuestro rock tuvieron antes algunos coqueteos con la música folclórica, es quizás León el más fiel representante a nivel nacional de nuestra música autóctona.