Pará las Orejas!

Publicado por Mocker , jueves, 25 de agosto de 2011 13:03

TV on The Radio: "Nine Types of Light" (2011)

Hace ya algunos años y cada vez con más asiduidad se está perdiendo el concepto del disco como forma de escuchar el trabajo de un artista o grupo. En cambio, la balanza va inclinándose del lado de la canción o corte, teniendo mucho más peso este por sobre el formato de larga duración. Las causas son muchas, Internet donde existe la posibilidad de bajar un tema sólo, falta de tiempo para el aprecio de un disco entero, cambio de cultura en el oyente, y quizás la más importante, escasez de talento para redondear una obra. Sin embargo, existen ejemplos que superan la media y que si se cumplen sólo algunas de las cosas detalladas anteriormente se pueden recibir con los brazos abiertos grupos como TV on The Radio. Vayamos al punto que los TV on The Radio no van a salvar al mundo del Rock, pero por lo menos son de esos grupos que le dan un respirador para prolongar su vida. Su cuarto y último trabajo llamado “Nine Types of Light”, quizás para muchos se posiciona entre las sombras de su trabajo anterior “Dear Science” pero sin embargo, quizás sea el más maduro de su cosecha.

Al comienzo se mencionaba que los grupos contemporáneos quizás hagan más hincapié en lanzar un simple exitoso que redondear y definir un disco entero. Esto con los TV on The Radio no sucede, más allá de que siempre tenga un corte o dos bien definidos, el disco se deja y se debe escuchar de forma completa para apreciar el trabajo de ellos. El grupo ya tiene 10 años de historia en sus espaldas y otro de los conceptos que los pueden volver “fundamentalistas” del disco por sobre el corte es que ya todos dejaron la adolescencia hace rato, o sea no apuntan para nada al publico teen, y para reforzar esto ninguno puede considerarse una “simple cara bonita”.

El sonido de los de Brooklyn, para dolor de cabeza de los críticos, no puede ser encasillado bajo ningún estilo fijo, ellos van del Pop al Dance, pasando por el Funk, el Soul y hasta el Hip Hop entre varios más. El 2011 puede haber sido el año bisagra para ellos ya que sólo unos días después del lanzamiento de “Nine Types of Light”, su bajista y gran cerebro de la banda, Gerard Smith, falleció a los 34 años a causa de un cáncer de pulmón fulminante. Por estos motivos quizás el disco no terminó de despegar lo suficiente e incluso su proceso de grabación estuvo teñido por la enfermedad de Smith. Sin embargo, el disco quizás pueda no ser tan exitoso como sus trabajos anteriores pero sube un escalón por su madurez compositiva.

El disco comienza con “Second Song” un tema radial, con un ritmo sostenido pero en medio tiempo, de corte bailable y con unos estribillos en falsete que de inmediato captan la atención del oyente. El álbum continúa en una muy buena senda con el emotivo “Keep Your Heart” y sigue con el indefinible tema “You”, donde también continúa esa emotividad pero con una dosis más electrónica y hasta etérea. Los TV on The Radio, toman de todos los géneros musicales -se sacan un aprobado en Historia del Rock- y le ponen su marca registrada como lo hacen con la histriónica “No Future Shock”, donde en clave electrónica se mezclan ritmos tribales y negros. Luego viene otro de los muy buenos temas que tiene el disco, “Killer Krane”, una celestial e hipnótica canción Folk pero con la modernidad que tienen los TV on The Radio. El primer anticipo que hicieron antes de la salida del álbum fue “Will Do” que aparece en el larga duración en la mitad de este. El Hip Hop y Neo Soul se hace presente con el tema “New Cannonball Blues” para luego dejarle espacio a “Repetition” un tema con un pulso más urgente, con cierta rabia y arrogancia en su canto. Toda la furia es aplacada con “Forgotten” una balada electrónica mientras que para cerrar el disco se guardan otro tema muy interesante como es “Caffeinated Consciousness”, canción ecléctica ya que varia en sus estilos musicales.

El álbum “Nine Types of Light” quizás no sea el mejor de la discografía de los TV on The Radio, también puede no ser un Lp de amor a primera vista ya que necesita de un par de escuchadas, pero tranquilamente puede estar dentro de los mejores de un año que esta jugando ya los 45 minutos restantes del complemento y que dentro de tanto tema suelto sale airoso como concepto de álbum. Ojala más allá de la gran pérdida humana y musical que tuvieron con Smith puedan seguir demostrándonos que en el Rock a pesar de que todo esta inventando ellos pueden reciclar lo mejor de cada estilo y salir airosos.

Rompé el Chanchito!

Publicado por Mocker , jueves, 18 de agosto de 2011 13:11

5 Discos de Rock de la Costa Oeste que no hay que dejar de tener

Jefferson Airplane - "Surrealistic Pillow" (1967)

Una de las bandas que representa de forma fiel lo que fue el Rock de la Costa Oeste Americana fue sin dudas Jefferson Airplane. Luego de un primer disco con la cantante Signe Anderson, la cual tuvo que abandonar la agrupación porque dio a luz a su hija, ingresa la vocalista Grace Slick y con ella vendrían los grandes reconocimientos. Slick ya venía de cantar en otra banda de similares características como era The Great Society y trajo bajo el brazo dos composiciones de su autoría para grabarlas con los Jefferson Airplane las cuales fueron un éxito en ventas y aún hoy se mantienen vigentes. Uno de ellos es el contundente y bien directo “Someone To Love”, un tema que representa fielmente lo que estaba sucediendo por esa época, una creencia al amor por sobre todo, a la búsqueda interior y a la liberación espiritual. No está demás decir que esta corriente e idiosincrasia juvenil se sucedía en los años de la llamada Época de Acuario donde varios jóvenes de todo el mundo se sentían identificados bajo un mismo pensamiento y filosofía de vida que los hizo liberar de las ataduras que generaciones anteriores -como las de sus padres- no pudieron romper. Esta generación llamada comúnmente Baby Boomers fueron los primeros en revelarse contra cánones ya establecidos sobre sexualidad, política, filosofía de vida, etc. El otro tema podría ser definido como un bolero empapado en LSD como es “White Rabbit”. La letra de este tema tiene una imaginería basada en el cuento de “Alicia en el País de Las Maravillas” de Lewis Carroll, libro de cabecera para muchos jóvenes -que además leían a la generación de poetas llamada Beatniks- para decodificar como podría ser un típico “viaje” cuando se consumía LSD. El ritmo seductor y atrapante junto a la estridente voz de Slick que va in crescendo le dan un cierto aire épico a la canción. Más allá de estos dos clásicos que posee el álbum, también había temas que hoy a la distancia representan de forma fiel un sonido y estética de fines de los ´60 en la Costa Oeste de los EE.UU. Desde el rítmico “My Best Friend”, pasando por el Blues Rock de “3/5 of a Mile in Ten Seconds” donde abogaba por la apertura de conciencia o el irónico “Plastic Fantastic Lover” que criticaba a la gente llamada de plástico, como así también el reflexivo “Today” o el marchoso “She Has Funny Cars” con el cual comienza el Lp. El disco “Surrealistic Pillow” junto a otros contemporáneos enmarcan el retrato musical sobre el libre pensamiento que reinó en el llamado Verano del Amor en la ciudad de San Francisco.


Moby Grape - "Moby Grape" (1967)

Esta banda tuvo todo en sus manos para triunfar y consagrarse como la mejor agrupación de la Costa Oeste de los EE.UU pero sin embargo una serie de contratiempos, malas decisiones y errática suerte hicieron que sólo fueran recordados como una gran banda por la crítica especializada pero esquivándole al público masivo. En un mismo año ascendieron de forma veloz ganándose los elogios de muchos entre ellos público, crítica y colegas pero así como su ascenso fue meteórico su caída fue estrepitosa. Ese mismo publico que al principio los amaba le terminó dando la espalda cuando su compañía discográfica, Columbia, realizo una jugada muy poco inteligente al lanzar cinco simples de forma simultánea. Todos muy buenos pero terminaron atentando contra la banda porque ninguno termino de explotar al cien por ciento y el público pensó incluso que se habían “vendido” y ya en ese entonces esto era considerado poco menos que un delito. Sin embargo, el disco fuera de estos pormenores, se encuentra con comodidad dentro de uno de los mejores de la historia del rock. El tema “Hey Grandma” con el que se abre el Lp tiene unas muy buenas armonías vocales y un arreglo de guitarra muy interesante que lo convierten en un hit por donde se lo mire. “Fall on You” es un rock directo que contagia de inmediato pero que su escasa duración nos hacen renegar de que dure tan poco. No todo es un rock al frente sino que también tenían guardada una dulce balada acústica como es “8.05” o “Someday“. Por su parte, el marchoso “Come in The Morning” o el estridente “Omaha”, se presentan como unas canciones vigorizantes, enérgicas y positivas. Mencionar un tema por sobre otro sería menospreciarlo, el disco por completo es una gran obra y es injusto que sólo este dentro de la categoría de álbum de culto cuando destila buenas armonías, grandes arreglos instrumentales y excelentes composiciones durante toda su duración. Como dato de color queda agregar que también la tapa del Lp tuvo sus contratiempos ya que en la misma el baterista Don Stevenson realizo un “disimulado” gesto de fuck you hacia la cámara el cual fue visto por los directivos de Columbia y la portada tuvo que ser “retocada”. Sin embargo, y como un gesto de nobleza hacia los puristas, hoy en día se puede conseguir esa versión con la tapa “obscena”.


Country Joe & The Fish - "Electric Music For The Mind and Body" (1967)

Muchos de los grupos que pertenecen al Rock de la Costa Oeste de EE.UU tienen una tendencia bien marcada hacia determinadas inclinaciones políticas. La idiosincrasia juvenil distaba mucho de la que profesaban sus padres y esto causó más de un problema en el seno familiar. Sus padres estaban orgullosos de la política con la cual EE.UU se había manejado durante toda su historia. Esas bases, fundamentos y tradiciones empezaron a tambalear o a verse cuestionados por sus hijos que no veían con buenos ojos muchos fundamentos de la política establecida. Sin embargo hubo dos grandes disparadores sociales que los hizo “enfrentar” unos a otros. Primero, la negación explícita a seguir las acciones, pensamientos y funciones que tenían sus padres, ya que ellos comenzaban a cuestionar las mismas y creían en otras muy diferentes. Sin embargo, lo que delineó el límite entre ellos fue la Guerra de Vietnam. Esos jóvenes no encontraban una razón justa y un motivo de hecho para que su país se encontrara en un conflicto armamentístico con Vietnam. Estas objeciones no eran vistas con buenos ojos ya que se estaba atacando de forma directa al “Orgullo Americano” por excelencia ganando con esto más de un reproche familiar y en algunos casos el pronto exilio de la casa paterna por parte de estos jóvenes hacia una “aventura” individual encontrando refugio en la Costa Oeste junto a otros que pensaran como ellos. Uno de esos jóvenes activistas fue Joe McDonald, un ex soldado que luego de un paso por la Marina y encantado con la escena Folk que se estaba gestando por esos años, decide formar un grupo llamado Country Joe and The Fish. Estos pensamientos de protesta quedaron de manifiesto en el simple llamado “I Feel Like I´m Fixin To Die Rag” -editado luego en su segundo Lp- el cual maquillado bajo una canción con ritmo circense tiene una crítica feroz hacia la Guerra de Vietnam y todo el trasfondo que se sucedía en base a ella. La misma de inmediato se convirtió en un himno juvenil contra la Guerra. Sin embargo, su primer disco “Electric Music”, es uno de los trabajos clásicos de la generación Hippie e instrumentalmente el álbum es un fiel ejemplo de la Psicodelia de la Costa Oeste. Por su parte, las letras contienen ataques irónicos al por entonces Presidente de los EE.UU Lyndon Johnson y su defensa acérrima a la Guerra de Vietnam en “Superbird”, insinuaciones al LSD en “Bass Strings”, o dedicatorias como “Grace” que debe su nombre a la cantante de Jefferson Airplane. El disco es ecléctico en su sonido, va del Blues al Folk, pero transitando el Rock en su etapa más psicodélica situando a este Lp como un fiel registro de época.


Quicksilver Messenger Service - "Quicksilver Messenger Service" (1968)

Los Quicksilver Messenger Service son otro de esos grupos puntales del Rock de la Costa Oeste de EE.UU y esto se puede apreciar de forma instantánea ya en su primer Lp del mismo nombre de la agrupación editado en 1968. Su sonido es un fiel reflejo del Acid Rock que estaba sonando por esa época, sin embargo ellos también en su sonido ecléctico ejecutaban ritmos Folk, Blues y hasta ciertos toques de Jazz, esto último quedaba de manifiesto en las largas Jam sessions que se vivían en sus recitales. Incluso y para fundamentar aún más esto, su segundo larga duración “Happy Trails” es un disco grabado en vivo, ya que ellos querían captar la energía que se vivía en sus recitales. Esto último no es un detalle menor, ya que otro de esos grupos que también hacían un gran hincapié a sus presentaciones eran los Grateful Dead, ya que creían que las actuaciones en vivo eran mucho más que unas presentaciones musicales, sino más bien una experiencia espiritual y de vida. Los Quicksilver siempre se mantuvieron un poco al margen, más allá de pertenecer a una escena en concreto, se movían más de una forma independiente. Sin embargo su primer Lp lo editaron bajo el sello Capitol y el cual contaba con algunos temas interesantes como “Pride of Man”, “Dino´s Song” o “Gold and Silver” ejemplos fieles de un sonido característico de San Francisco. El disco sólo tiene 6 temas, pero cierra el mismo una Jam de 12 minutos llamada “The Fool” que resume el apego que existía en la banda por la improvisación al salirse de los estándares del formato de canción tradicional de 3 minutos de duración. El grupo fue uno de los que más sufrió los constantes cambios de formación dentro de todos sus contemporáneos, incluso estuvo entre sus filas -aunque por un lapso muy corto de tiempo- Skip Spence, quien también fuera baterista de Jefferson Airplane y voz y cerebro de los Moby Grape. De todas maneras, y más allá de estos contratiempos y de no contar con una figura estelar dentro de la agrupación, este disco es uno de los más fieles representantes de esa movida.


The Grateful Dead - "American Beauty" (1970)

De todos los grupos mencionados, los Grateful Dead son sin dudas el ejemplo más fiel y característico de este estilo. Incluso, fueron los más longevos de todos, atravesando diferentes momentos históricos, modas y hasta estilos musicales. Sin embargo, ellos siempre fueron los capitanes de su propio barco y podían hacer lo que quisieran a pesar de que otros sonidos y ritmos estuvieran en boga. La discografía de los Dead -como comúnmente se los llama- es extensa, con varios discos en vivo, muchos más de estudio y aún más con Bootlegs de sus presentaciones. Los Deadheads, como se conocía a los fieles fans de la banda, los seguían siempre durante sus giras, y los Dead eran el único grupo que les entregaba una copia de los recitales a sus fans como retribución a su amor y fidelidad. Las presentaciones de los Dead según sus fans eran expresiones de libertad que trascendían mucho más que la frontera de un recital de música, eran una experiencia de sensaciones, muchas veces esto fogoneado por el libre consumo de LSD y/o marihuana que existía en sus recitales. Las presentaciones de ellos muchas veces eran largas Jams de improvisación como quedó de manifiesto en álbumes como el “Live/Dead” o cuando trascendieron el continente americano con “Europe ´72”. Cada disco de los Dead era recibido por los fans con los brazos abiertos pero sin duda hubo dos trabajos que son los más reconocidos de su discografía y ellos son “Workingman´s Dead” y “American Beauty”. Estos confirman la madurez musical por la que estaban atravesando, ya que entregaron un trabajo prolijo y cuidado en donde el Country, Rock, Folk y Jazz estaban invitados. La banda liderada por el carismático Jerry García tenía grandes dotes instrumentales y muy buenos compositores. El disco “American Beauty”, tiene muy buenas canciones, alegres y frescas como “Box of Rain” o “Sugar Magnolia”. Sin embargo, los laureles se los llevan las composiciones emotivas de “Candyman”, “Ripple” y “Friend of The Devil”, cortesía de Jerry García. Incluso y como broche final para redondear un disco magistral aparece el tema “Truckin”, el cual se convirtió en un himno para todos los Deadheads, ya que en sus letras hablaba sobre la vida en la carretera, en ser nómade, de estar en todos lados y a la vez en ningún lugar, dejando que el destino te lleve como el viento hace con una hoja. Este Lp, es sin dudas el trabajo definitivo de los Grateful Dead ya que pudieron definir un estilo que venían buscando hace ya algunos trabajos atrás.

Revisando los Rincones

Publicado por Mocker , jueves, 11 de agosto de 2011 13:40

Buffalo Springfield: "Buffalo Springfield Again" (1967)

Dentro de un equipo de trabajo siempre existe la competencia. De la cual se puede dividir por un lado en una competencia externa en pos de lograr un objetivo contra otros grupos que compartan los mismos interesentes, mientras que por el otro -quizás el más desgastante- se vislumbra como una competencia interna dentro del equipo con el fin de sobresalir, ser reconocido y ser uno de los principales engranajes de llevar al grupo al objetivo final. Esto último muchas veces suele ser un gran motivador dentro de un equipo ya que todos van a estar poniendo lo mejor de sí dando resultados satisfactorios, sin embargo en muchas ocasiones esta competencia se puede volver en contra, creando individualidades y aumentando egos entre otras cosas negativas que suelen desequilibrar al grupo de su objetivo final.

Esto ocurre en todos los ámbitos de la vida y una vez más el rock no es la excepción -estamos hablando de un ambiente donde los egos a veces no tienen techo- y así existen varios ejemplos de bandas donde la competencia muchas veces se puede volver a favor del grupo pero termina desgastándolo finalizando en algunos casos con su disolución. Uno de los ejemplos más claros es el de Lennon-McCartney donde la competencia entre ellos muchas veces fue beneficiosa mientras que otras ocasiones fue feroz, gran parte de esto último ya en un plano solista de ambos.

Más allá de este ejemplo, existieron infinidad de grupos con ese mismo común denominador, como lo fue la banda Buffalo Springfield. Mucho antes de que Los Simpsons impongan a Springfield dentro del inconciente colectivo de todo el mundo, existió este grupo que debió su nombre no a la localidad, ya que sus integrantes no provenían de allí, sino porque vieron pasar una aplanadora con ese nombre impreso. Dentro de esta agrupación supieron convivir -de la mejor o peor manera- durante unos años y editando tres discos oficiales, tres miembros con un alto grado de competencia individual -apoyado quizás por su juventud- como lo fue Neil Young, Stephen Stills y Richie Furay.

Luego de un primer disco que contenía un sencillo con mucho éxito como fue “For What It´s Worth”, el cual se convirtió en una especie de himno generacional donde retrataba los violentos métodos policiales que se desencadenaron luego de una revuelta estudiantil, llegan a su segundo Lp en una guerra de egos bastante visceral. Esto es tan así que hoy a la distancia y ya habiendo escuchado la obra solista de cada uno de ellos, es fácil reconocer sin mirar en los detalles del álbum, de quien es cada canción. A lo largo de esas diez canciones que contiene el disco se puede apreciar el esfuerzo individual de cada uno de ellos para sobresalir por encima del otro en la composición. Sin embargo, y más allá de que buscaban ganar en protagonismo dentro de la banda, todos colaboraban de la mejor manera incluso en los temas que no eran de su autoría. Por este motivo la crítica posiciona a “Buffalo Springfield Again” como el mejor de su trayectoria, destacando el esfuerzo individual de cada integrante pero obteniendo como resultado final uno de sus mejores trabajos.

De todas maneras, el proceso de grabación de este segundo larga duración no fue el más ameno, ya que además de existir esa tensión competitiva durante la composición, hay que agregarle idas y venidas de algunos miembros como fue el caso Young que abandonó el grupo por unos meses y luego volvió para la grabación de este Lp. Incluso, el coqueteo de algunos otros integrantes, como fue el caso de Bruce Palmer con las drogas duras, motivo que empezó a desgastar la convivencia en los demás. Sin embargo, a pesar de estos contratiempos el grupo pudo corregir su camino y finalizar este material.

El sonido del disco es ecléctico, transita varios estilos musicales, desde el rock hasta el country pasando por el blues, folk y hasta algo de soul. Abre el álbum el tema “Mr Soul”, cortesía de Neil Young el cual tiene un riff muy similar al “Satisfaction” de los Stones. La letra menciona a la industria de la música y la fama que rodea a la estrella de rock. El segundo tema baja los decibeles a cero y nos topamos con el country “A Child´s Claim To Fame” de Furay donde de inmediato entramos en sintonía. “Everydays” de Stills tiene unos aires jazzeros donde la estridente guitarra de Young acompaña el piano de Stills mientas que este hace las armonías junto a Furay. El cuarto tema es otra composición de Young como es la etérea “Expecting To Fly”. La canción esta arreglada por Jack Nitzche el cual además ejecuta el piano. El arreglo de cuerdas de fondo junto a la voz de Young y el falsete de Furay crean un clima de ensueño. Sin dudas es uno de los mejores temas del álbum.

El rock vuelve con “Bluebird” de Stills y por ahora el marcador va empatado 2 a 2 entre Young y Stills dentro las composiciones del álbum. La canción instrumentalmente tiene todo el condimento lisérgico de la época que lo rodeaba. Incluso, por la mitad aparece un banjo dándole un toque country a la canción. Stills da vuelta el marcador y ahora se pone arriba con “Hung Upside Down”, un tema cuyo ritmo lo pone la guitarra Fuzz de este y el cual cuenta con un buen sólo por parte de Young.

Todo el rock urgente de los últimos dos temas es frenado por la dulce balada acústica “Sad Memory” de Furay. El próximo tema es el soulero “Good Time Boy”, compuesto por Furay pero el cual cede la voz principal al baterista Dewey Martin, ya que tiene una coloratura más aguardentosa, puntal preciso para una canción que podría estar sin sonrojarse en cualquier performance de James Brown. La cuarta composición de Stills es “Rock & Roll Woman” un tema que tiene muy buenas armonías vocales a cargo de este junto con Young y Furay, las cuales presagian lo que luego haría el grupo Crosby, Stills & Nash cuando el segundo integrante de este último decida separarse de los Buffalo Springfield. El disco cierra con “Broken Arrow” de Young, el cual es un tema que tiene cierta similitud, salvando las distancias, con el “A Day in The Life” de los Beatles por su construcción instrumental y psicodélica. Comienza con unos ruidos de voces de público y a la mitad del tema también vuelven esos cuchicheos y le dejan paso a un ritmo marchoso.

El resultado final es 4 para Stills, 3 para Young y 3 para Furay, un indicio bien marcado de la competitividad que había entre ellos en pos de ganar “espacio” en el disco. Luego de “Buffalo Springfield Again” vendría un tercer disco más y la separación donde cada uno toma diferentes caminos. Stills se reúne con David Crosby de The Byrds y Graham Nash de The Hollies para formar Crosby, Stills & Nash, mientras que Neil Young se les uniría luego y tendría una gran carrera solista la cual la conserva hasta el día de hoy, mientras que por su parte Furay formaría el grupo Poco de Country y Folk. El tiempo -que todo lo cura- limaría esas asperesas y animos de competencia negativa juntándolos más de una vez sobre un escenario en diferentes performances y acontecimientos.

El Infaltable

Publicado por Mocker , jueves, 4 de agosto de 2011 13:24

Jeff Buckley: "Grace" (1994)

Pareciera que la tragedia y el rock son dos polos que en cierto punto se atraen, se buscan, rozan, y en algunos casos, se tocan. Será una cuestión de misterio, de incertidumbre ante lo desconocido, de desencantos y vaya a saber uno cuantos motivos más existen para que en algún punto estos dos unan sus recorridos para terminar y/o cortar de manera abrupta con la vida de un artista. El 29 de mayo de 1997 estos dos una vez más dijeron presente y tocaron la puerta del novel cantautor Jeff Buckley truncando una carrera que recién comenzaba y en la cual se le podía vislumbrar un buen futuro. Muchas veces las tragedias magnifican aún más su misterio y llevan a tal o cual figura al escalafón de mito, sobredimensionando su obra y aumentando quizás aun más su legado o aporte musical.

Este último ejemplo, lejos está de lo acontecido con Jeff Buckley, ya que dejó sólo un Lp grabado en 1994 pero el cual aún hoy es considerado uno de los mejores discos de la historia. La causa de la muerte de Buckley todavía aún esta enmarcada por el misterio ya que murió ahogado en el Río Wolf, en Memphis, luego de haber estado tocando la guitarra al lado de esas aguas. Muchos creen que incluso se trato de un suicidio y no de una desgracia ya que se arrojo al río vestido y dada su sensibilidad psicológica -sufría de trastornos bipolares- quizás haya desembocado en este trágico desenlace. La fría crónica dice que a la edad de 30 años fue encontrado su cuerpo a los cinco días de este hecho en Beale Street, justo unos días después de que él y su banda arribaran a Memphis para comenzar con la grabación de su segundo larga duración. Con este hecho el apellido Buckley parecía marcado a fuego por los desenlaces trágicos y misteriosos ya que su padre, Tim Buckley -gran cantautor Folk de los ´70-, moría en el ´75 a causa de una sobredosis de Heroína abriendo el camino de desgracia familiar hasta que Jeff le agregó un capitulo más a esa historia.

El disco “Grace”, fue grabado en el tiempo y momento adecuado. Por ese entonces, los ´90 eran una década cuya banda de sonido reflejaba la angustia e incomprensión juvenil. Una década donde existió una juventud americana denominada Generación X que ya empezaba toparse de lleno con la mayoría de edad pero que aún no se decidía a pegar el salto por temor a sentir el duro golpe de la madurez mientras que de fondo sonaban bandas de Rock Alternativo, Grunge, College Rock y varios más. Esa bipolaridad, melancolía y angustia que golpeaba a esos jóvenes tenía como sustento de fondo una música enérgica, feroz pero a la vez sensible, sentimental y a la vez sufrida que reflejaba a flor de piel lo que les sucedía en sus interiores. Estos motivos, conviven en armonía en este disco de Buckley y son ellos los que lo enaltecen tanto. El poder reflejar por partes iguales la furia y el desenfreno del Grunge junto a melodías más intimistas y personales, visitando los rincones más oscuros del interior de cada uno, esos donde uno suele ir tapando con tal de que no se escapen hacia el exterior. Mucho de esto último quizás lo supo aprender de su padre -más allá de que haya contado con la figura de este en cuenta gotas- ya que tiene una puntería certera para llegar a tocar las fibras más intimas. Este Lp refleja en sólo diez canciones todas las penurias y problemas existenciales por los que Buckley se encontraba atravesando en ese momento. Sin embargo, algunas letras que golpean por debajo del cinturón, están acompañadas por una melodía más optimista las cuales nos sirven para recibir el golpe con un poco de anestesia.

El disco arranca con “Mojo Pin”, un tema que comienza bien de abajo con una estructura musical muy diferente a lo que estaba sonando por ese momento -tiene aires del Folk de Led Zeppelin- donde la voz de Buckley llegando al final de la canción ya empieza a dar indicios de los buenos agudos con los que se puede despachar. El tema homónimo al disco también continua la misma estructura que el anterior y se hace hasta difícil encasillarlo dentro de un género. “Last Goodbye”, tiene una letra que cuenta el desencanto y la decepción por una relación donde nada funcionó, sin embargo la melodía y el estilo musical muy lejos están de ser una balada sentimentalista sino todo lo contrario, es positiva y esperanzadora, ¿un indicio más de la bipolaridad de Buckley o simplemente una genialidad de poder unir dos polos opuestos?

/ Este es nuestro último adiós / Odio sentir que el amor que hay entre nosotros muera / Pero ya es tarde / Sólo escucha esto y entonces me iré / Me diste más para vivir / Más de lo que tu nunca sabrás /

/ Este es nuestro último abrazo / Debería soñar y así ver siempre tu cara / Por qué no podemos atravesar este muro / Quizás sea porque nunca te conocí del todo /

/ Bésame, por favor, bésame / Pero bésame sin desearme y sin querer consolarme / Tú sabes que me enfadaría / Porque hasta ahora sólo te he hecho llorar / Este es nuestro último adiós / …


“Lilac Wine” es uno de los tres covers que posee el Lp. Este tema reversiona la canción que popularizo Nina Simone y es un dulce tema donde la voz de Buckley está bien al frente y nos va envolviendo en su relato sobre la unión o el parentesco metafórico entre el vino y el amor. “So Real” nuevamente tiene la misma estructura de los primeros temas del disco, una canción compleja en su estructura instrumental, pasando por varios tempos y hasta estilos musicales donde la producción y el arreglo del tema parecieran de un artista con muchos años de carrera sobre sus espaldas.

El próximo tema es una de esos pocos covers que superan al original y lo vuelven más conocido y reconocido que a la canción original. El tema en cuestión es “Hallelujah” del cantautor Leonard Cohen y en el cual la interpretación vocal de Buckley nos hacen hasta dudar de cual de los dos artistas grabó antes la canción. Es tan fuerte la magnitud que tuvo y tiene aún hoy esta canción que en las bandas de sonido de Films siempre se termina recurriendo a esta sentida versión de Buckley por sobre la de Cohen. Continuando en esa senda acústica que nos dejó el tema anterior aparece “Lover, You Should´ve Come Over”, donde la letra habla sobre el anhelo y el deseo que tiene de que vuelva esa mujer a la que ama y que lastimó. El próximo tema “Corpus Christi Carol”, sirve para echar por tierra cualquier tipo de duda que nos podía quedar sobre la voz de Buckley donde recorre varias octavas sin temblor alguno de quedar mal parado.

El Rock Alternativo de los ´90 está reflejado con exactitud en “Eternal Life”, una canción con un ritmo bien contemporáneo a esa década donde termina con esos temas intimistas anteriores. Esta canción es un ejemplo de que Buckley se podía mover con total libertad en cualquier estilo musical y es una muestra de lo fácil que hacía de que convivieran temas tan disímiles dentro de un mismo Lp. “Dream Brother” es el cierre justo para este disco, donde el arreglo de guitarras y las percusiones de fondo crean un ambiente de mantra donde va aumentando la tensión musical de menor a mayor sostenida por la voz de Buckley.

“Grace” es un disco apto para cualquier oyente que aún puede o quiere emocionarse sin caer en sentimentalismos baratos, es un trabajo que no es de fácil acceso y que puede ameritar más de una escucha para entender lo que Buckley quiso transmitir. Sin embargo, cuando se obtiene esto, se puede apreciar la intensidad emocional de su música. “Grace” es un disco que musicalmente no termina de pertenecer demasiado a todo lo que lo rodeaba en ese momento, pero sin embargo reflejaba el espíritu de una generación Americana con todos sus miedos, sueños y anhelos. Son esos mismos nexos a la vista opuestos que son unidos por Buckley de una manera simple, sin ataduras ni prejuicios y liberando sus más internos dilemas existenciales.