Made in: Argentina

Publicado por Mocker , miércoles, 30 de noviembre de 2011 14:28

Raúl Porchetto: "Cristo Rock" (1972)

A comienzos de la década del ´70, empezó a ser de moneda común la creación de discos conceptuales, muchas veces llamados álbumes de Ópera Rock. El mercado anglosajón, una vez más, marcó el camino a seguir para que luego en cada país hubiera una respuesta a esta propuesta. Muchos indican que el primer Lp que comenzó esa travesía fue “Tommy” de los Who, sin embargo meses antes había salido al mercado el álbum “S.F. Sorrow” de los ingleses The Pretty Things, pero el cual no tuvo su merecido reconocimiento en el momento de su edición. A pesar de esto, el tiempo y la historia lo revalorizó dándole su merecido lugar. Incluso, algunos indicios de que el rock empezó a cambiar para ponerse más “serio” se vio con la edición del “Sgt. Peppers” de los Beatles. Esto fue el disparador para que varios grupos contemporáneos quisieran ir en busca de su propio Sgt. Peppers. Así empezaron a aparecer Lp´s como “Village Green” o “Arthur” de los Kinks, “The Story of Simon Simopath” de los Nirvana UK, “Ogdens' Nut Gone Flake” de los Small Faces o los mencionados en primer lugar entre varios más. Sin embargo, este concepto se vio fortalecido por los grupos de Rock Progresivo, los cuales vieron en esta propuesta la vía correcta para contar historias que tuvieran un comienzo, un desarrollo y un final relatando las vivencias de un personaje en cuestión, de un movimiento cultural o una historia de fantasía/mitología.

La respuesta a tal formato no tardo en llegar por nuestras tierras y tuvo a Vox Dei como máximo referente en la creación de un álbum conceptual, es más, a la edición de “La Biblia” en 1971 se la considera como el primer Lp de Opera Rock cantado en español. Por supuesto que hubo grupos anteriores a Vox Dei que trataron de plasmar esa idea musical años anteriores como por ejemplo Almendra con su segundo álbum, pero el mismo quedó trunco porque la agrupación sintió el desgaste causando entre otras cosas la disolución de la banda. Vox Dei realizó un Lp entero dedicado a La Biblia, contando desde el Génesis hasta el Apocalipsis, pasando por Moisés, las Profecías, el nacimiento de Cristo, su muerte y resurrección. El álbum, contó con el visto bueno de la Iglesia Argentina y tuvo una respuesta más que favorable dentro de la opinión pública.

Tanto es así, que tuvo sus consecuentes interpretaciones en varias ocasiones entre ellas el álbum dirigido por Billy Bond con el Ensamble Musical de Buenos Aires, un Lp en el que trabajaron a la par músicos de orquesta junto a los artistas más reconocidos de esa época como Charly García, Nito Mestre, David Lebón, Miguel Cantilo, Claudio Gabis, Oscar Moro y Raúl Porchetto entre varios más. Este último, justamente, fue también el hacedor de un disco de corte conceptual, que también tenía como tema principal a la iglesia y la fe en Cristo. Sin embargo, muy a diferencia de lo que sucedió con “La Biblia”, no tuvo tanta repercusión, convirtiéndolo en álbum de culto. Uno de los motivos por los cuales quizás no alcanzó calar hondo dentro de lo popular fue que tuvo una crítica a la Iglesia como institución.

/ “Donde esta mi Iglesia? / Donde esta mi Iglesia? / Quién la deformó? / Nunca hablé de riquezas / Ni Imperios de religión / Sólo quise templos llenos de mi amor / Abran ya sus mentes, abran ya su corazón / No quiero pseudos amantes de mi amor” /

Reivindica la figura de Jesús, mientras realiza una critica mordaz a la Iglesia. Una vez más el encono que rodea a la Iglesia y al cristianismo es analizado por el Rock.

/ “Con qué tapa las palabras / Sobre la farsa de este mundo / Dónde esconde a los muertos / Dígame querido Papa / Dónde guarda todo el hambre / Y la angustia de esta gente / como logra su silencio, dígame querido Papa” /

Es llamativo como la música y la religión se buscan de forma constante, generándose de esta unión una urticaria bastante molesta para algunos sectores, ya sea eclesiásticos, como sociales. No nos olvidemos que el Rock and Roll en sus comienzos era visto como la música del demonio, la cual para algunos sectores ortodoxos llevaba a la juventud americana hacia la perdición. Sin embargo, también es llamativo como la figura de Jesús y todo lo que lo rodea, es revisitado de forma constante -casi siempre desde un lado crítico- por el Rock, como por ejemplo en el musical y posterior film Jesucristo Superstar u obras como “Tommy” donde el personaje principal encarnó a una especie de “Mesías”, y así se van sucediendo los casos donde en mayor o menor medida hay un guiño hacia la figura religiosa.

Volviendo a Porchetto, él edita “Cristo Rock”, su primer larga duración, en 1972 aprovechando y subiéndose al envión que habían dejado los Vox Dei con su segundo disco. Sin embargo, el trabajo de Porchetto, muy a diferencia de “La Biblia”, tenía un mensaje de protesta y crítica hacia el poder que tenía la Iglesia como Institución.
El Rock Argentino, a comienzos de los ´70, tuvo dos bandos, los Pesados y/o eléctricos, mientras que los otros eran los Blandos y/o acústicos. Estos términos nunca fueron muy bien recibidos por los integrantes de cada grupo pero sirvió para “catalogar” a algunos artistas. Dentro de los últimos mencionados se encontraba Raúl Porchetto el cual decide cambiar ese rótulo de cantautor “blando” con esta Opera Rock.

En 1972, el sello Microfon contrata a Porchetto para grabar su primer Lp y este se despacha con “Cristo Rock”, el cual contó con una instrumentación y una banda de apoyo netamente rockera, muy a diferencia de cómo se venía presentando anteriormente. La grabación de este disco contó con la producción de Billy Bond y varios músicos de La Pesada del Rock and Roll, como fueron Jorge Pinchevsky, o Alejandro Medina y Claudio Gabis -también miembros de Manal-, Oscar Moro -ex baterista de los Gatos entre otros grupos-, Kubero Díaz -de La Cofradía de la Flor Solar- y un muy joven Charly García en teclados dejando para la efemérides a esta grabación como la primera que realizo de forma oficial, incluso antes de su debut con Sui Generis.
Las canciones que conforman el Lp están enumeradas como “Canción I” hasta “Canción VIII” contando como preludio una “Obertura” a cargo Charly García en los teclados, a Medina en el bajo, Gabis en la guitarra, y a Porchetto ejecutando un órgano de Iglesia. Luego de esa introducción instrumental el pulso rítmico del disco transita entre el Hard Rock y el Folk sostenidos por unas instrumentaciones no tan convencionales para un grupo de rock como violín, a cargo de Pinchevsky, flautas y un grupo de coro.

Como dato de color, la tapa -a pesar de lo que muchos creen- no es la silueta desnuda de Porchetto tocando la guitarra, sino que es la de un modelo contratado para tal foto. Sin embargo, la siguiente portada no fue la que se barajó desde un primer momento, ya que Porchetto tenía otra idea, un concepto un poco más rebuscado. Quería que la misma sea totalmente blanca y que el Lp viniera acompañado con un lápiz para que cada uno al escuchar el disco “hiciera” su propia tapa. Sin embargo, los de la discográfica pensaron que era una idea demasiado rebuscada y para nada comercial optando por editar el disco con una portada más tradicional.

El disco no rindió los frutos esperados en cuanto a popularidad, incluso en cuanto a obra conceptual siempre se mantendrá a la sombra de “La Biblia” pero va ganando cada vez más el rótulo de álbum de culto. De todas formas, más allá de esto, es un trabajo que sirve para definir el espíritu inquieto, de búsqueda y desafíos que se proponía la generación de músicos argentinos en los ´70.

Pará las Orejas!

Publicado por Mocker , martes, 22 de noviembre de 2011 12:09

Ryan Adams: "Ashes & Fire" (2011)

Todos los estilos musicales tienen a su figura autodestructiva, ya sea impuesta por la sobre exigencia de la industria musical, por algún pequeño desequilibrio psicológico que se ve a agravado con el paso del tiempo, excesos de drogas y/o alcohol o porque no también la sumatoria de todas las partes. Así podemos encolumnar dentro de esa lista a algunos músicos de los últimos año como Kurt Cobain, Elliott Smith o la reciente Amy Winehouse a los cuales no se les auguraba un final feliz de acuerdo a la desenfrenada vida que llevaban. El Alt-Country, estilo bien americano, que mezcla las raíces del Country tradicional con una postura y una instrumentación del rock alternativo de los ´90, tuvo y tiene a Ryan Adams como una de las figuras más renombradas de ese género, el cual también supo tocar las puertas del infierno pero llegó a sacar el pasaje de vuelta justo a tiempo.

Adams luego de liderar una de las bandas más conocidas de ese género como fue Whiskeytown decide largarse como solista teniendo una carrera más que auguriosa con su primer Lp llamado “Heartbreaker” del año 2000 hasta llegar a este último “Ashes & Fire” de este año. Sin embargo, en el medio hubo de todo, álbumes rendidores que continuaban bajo la senda de ese primer Lp, otros discos totalmente “bajoneros”, muchos de ellos debido al alto consumo de sustancias que estaban destruyéndolo, o también trabajos que se abrían del estilo que supo abrazar desde siempre para pasarse a un rock más duro. Aún así, con todo esto, la carrera musical de Ryan Adams es más que destacable y su lugar de niño prodigio del Alt-Country no fue tocado. Mucho de esto último se debió a que ya hace un par de años supo dar un golpe de timón a su vida y dejar de jugar ese papel de Rock Star autodestructivo. Este “Ashes & Fire”, sin ser uno de sus mejores trabajos tiene que ser recibido por los seguidores de su carrera más que con beneplácito ya que al parecer marca el regreso del Adams más prolífico. Este trabajo es el primero ya sin The Cardinals, la banda que supo cobijarlo durante los últimos años y nos muestra a un Adams con ganas de seguir emocionándonos con su música.

El Lp fue grabado en los estudios Sunset Sound Factory de Hollywood y contó con la producción a cargo de un grosso como es Glyn Johns (The Who, Faces, Bob Dylan) y la colaboración en piano de Norah Jones, lo que nos da la pauta que hablando en números comerciales el disco no podía fallar. En la gran mayoría de los casos los artistas que ya tiene varias décadas musicales encima con sus respectivos altibajos en su carrera, siempre llegan a un momento que deciden pisar sobre seguro y volver a lo que tan bien les salía y que les rindió sus frutos. Por ese motivo, este “Ashes & Fire” es un regreso al Adams introspectivo, de baladas certeras, de arreglos country-folk edulcorados con “ganchos” de lo alternativo. Esto no es mirar el vaso medio lleno sino que es resaltar el bueno tino que tuvo Adams para volver a lo que mejor sabe hacer.

El álbum comienza con la apacible “Dirty Rain” y ya de entrada nos da la pauta del espíritu que rodea al Lp. La voz de Adams, sigue intacta y emotiva como siempre. La gran mayoría de las canciones cuenta con la colaboración de Norah Jones en piano pero acá también, al igual que en algunas otras, se encuentra ejecutando el piano eléctrico Benmont Tench, uno de los Heartbreakers de Tom Petty. Con esto marca una pauta que Adams además de saber componer, también sabe de quien rodearse. La siguiente es la vigorosa canción homónima al disco y se presenta como un tema del más puro Alt-Country. Las siguientes “Come Home” -una de las mejores canciones del Lp-, “Rocks” o “Do I Wait” vuelven al cantautor el ritmo pausado e introspectivo que domina el disco. “Chains of Love”, en cambio se desprende cómo una canción para ser cantada a coro en vivo por su estribillo pegadizo. Las últimas 5 canciones, “Invisible Riverside”, “Save Me”, “Kindness”, “Lucky Now” y la excelente “I Love You But I Don´t Know What To Say”, reforzada por su arreglo de cuerdas de fondo, nos muestran al Adams más terrenal, sencillo pero a la vez efectivo, de dulce voz pero a su vez crudo y emotivo que supo alumbrar en sus comienzos.

Quizás Adams haya alcanzado su madurez compositiva, la cual tanto se le exigía, y por la que a falta de ella empezábamos a perder la esperanza de toparnos con el buen cantautor que supo ser. Este “Ashes & Fire” nos deja contentos y esperanzados que lo mejor de Adams aún se encuentra en él y que no ha perdido el pulso de facturar canciones apuntadas al corazón aunque sea en cuentagotas.

Revisando los Rincones

Publicado por Mocker , martes, 15 de noviembre de 2011 14:04

Cheap Trick: "In Color" (1977)

La imagen no es nada… ¿La imagen no es nada? Por favor, qué lejos de la cruda realidad se encuentra esa frase publicitaria en estos tiempos modernos donde todo es mirado con un ojo crítico, observado, catalogado y aprobado según vestimenta, apariencia y atractivo físico. Si no estás dentro de los cánones que impone la tendencia por parte de la sociedad, estás fuera del “circuito”, no perteneces a ese “selecto” grupo de personas que siguen, visten, escuchan, leen y consumen lo último de lo último encolumnándose sin correrse un solo paso de esa larga fila de grises, porque si lo harían ya no serían parte de lo cool. El tema de la imagen y la venta van de la mano, se necesitan uno al otro. Todo, entra por los ojos. Esto se ve en el día a día, y cada vez con más asiduidad, que se utiliza el prototipo de imagen que uno considera como ideal pero que tantas veces se encuentra lejos de estarlo para la gente común. Con esto no se está descubriendo nada nuevo, esta manipulación de la imagen viene desde los primeros tiempos de la publicidad abarcando con su “brazo protector” todos los mercados.

El rock no fue ni es la excepción a la regla. Bill Halley pasó de ser el padre del Rock and Roll a ser el abuelo en cuestión de meses ante la aparición de un joven y talentoso Elvis Presley, el cual era mucho más rentable económicamente para la industria musical por su imagen de rebeldía y/o desenfreno sexual. Esto atrajo el consumo de muchachos que querían verse y vestirse como él mientras que el público femenino también consumía compulsivamente a Presley pero desde el lado de la devoción y el despertar sexual. Si a todo esto le agregamos que la sociedad adulta no veía con buenos ojos las apariciones de Presley y sus jugueteos de pelvis convirtiéndolo con esto aún más en el objeto a consumir por parte de esos jóvenes que querían despegarse y revelarse contra los mandatos impuestos por sus padres y la sociedad, el negocio de la venta estaba asegurado.

Así, con cada tendencia y aparición de grupo de moda se iba creando un público de consumo y se trataba de “vender” una imagen de la mejor forma. Sin ir más lejos los Beatles eran representados por sus vestimentas y peinados como los chicos “bien”, mientras que los Rolling Stones eran su contracara, sutilmente desalineados, y rodeados de escándalos vendiendo una imagen más rebelde. De ahí la frase impuesta por el por aquel entonces manager de los Stones, Andrew Loog Oldham con el “¿Dejaría que su hija saliera con un Rolling Stone?” fue una buena jugada publicitaria. Justamente estos últimos, tenían desde sus comienzos a un tecladista que los acompaño durante muchos años como fue Ian Stewart, que por no cuajar dentro de la imagen de chicos rebeldes, pero facheros, que tenían los otros Stones no apareció nunca en la portada de los discos de ellos, ni en presentaciones en TV teniendo sólo un lugar para las grabaciones en estudio. Así, tan tajante y cruel es muchas veces la escena del rock donde la figura del Rock Star tiene que ser carilindo y rebelde.

Sin embargo, uno de los grupos que usó a su conveniencia y hasta ironizaba en cuanto a la imagen que tendría que tener una banda, fueron los Cheap Trick. Esta excelente agrupación de finales de los ´70 que con su sonido supo encolumnarse dentro de las huestes del Power Pop, lo formaban cuatro integrantes. Robin Zander en la guitarra rítmica y Tom Petersson en el bajo siendo ambos la cara bonita de la banda, mientras que la otra parte les correspondía a Rick Nielsen, guitarrista y principal compositor y Bun Carlos en la batería. Estos últimos a pesar de ser la parte creativa de la agrupación no habían sido beneficiados por la naturaleza con su belleza. De todas maneras, ellos mismos reforzaban esa diferencia con la otra dupla ya que acentuaban esos “defectos”. Nielsen, era flaco, calvo y de ojos saltones y se vestía siempre con una gorrita con visera, moñito y unas camisas abrochadas hasta el último botón. Por su parte, Carlos prefirió el look oficinista para subirse a los escenarios, remarcando sus lentes, bigotes y su exceso de peso. Por su parte, la contracara de estos, Zander y Petersson tenían pelo largo, botas y una constante pose langa. Esto queda de manifiesto en las portadas de algunos de sus discos como son “Heaven Tonight” o “In Color” donde en este último la tapa del Lp los tienen a Zander y Petersson sentados sobre unas motos en una pose bien macho y rebelde, mientras que al dorso se encontraban Nielsen y Carlos sobre unas bicicletas con una estética no muy “ganadora”.

Más allá de que esto para los integrantes de la agrupación haya sido motivo de chiste e ironía hacia la sociedad de consumo, la compañía discográfica sacó rédito de esto ya que era mucho más rentable poner en la tapa de un disco una foto que despertara la aceptación y futura compra del público femenino que ubicar a la parte menos agraciada físicamente ganando sólo el rechazo por parte de los compradores. Luego de un Lp bajo el mismo nombre de la agrupación el cual dejó más dudas que certezas en cuanto a ventas, deciden llamar al productor Tom Werman para comenzar con las grabaciones de su segundo larga duración, “In Color” de 1977. El sonido de los Cheap Trick en este nuevo trabajo es más puro y limpio, dejando atrás esa crudeza del primer álbum. Las canciones se corrieron un poco más hacia el pop ganando en fuerza y gancho pero siendo constantes en su rock estridente de guitarras.

El disco comienza con “Hello There”, una canción de casi minuto y medio de duración con aires de Glam Rock, bien arriba en cuanto a instrumentación de guitarras que nos da ciertos indicios de cómo será el sonido del Lp. Ya desde este primer tema el cambio sonoro de los Cheap Trick, tan visceral como antes pero más pulido, marca la diferencia con el trabajo anterior. Siguen bien arriba con el Hard Rock de “Big Eyes”, uno de sus clásicos dentro de su repertorio, para luego despacharse con la emotiva “Downed”. En esta canción el arreglo vocal de Zander comienza de forma onírica junto a unas cuerdas de fondo para luego despacharse con unas estridentes guitarras en un auténtico tema de Power Pop. La próxima canción, “I Want You To Want Me” es una de las más rendidoras en cuanto a lo comercial por su tono pegadizo y la estructura de su canción. La misma debe mucho a bandas que los influenciaron de forma directa como pueden ser los Badfinger, Big Star o los Beatles. La particularidad de este tema es que fue descartado de su primer larga duración pero fue incluido en “In Color” ya que reunía las condiciones que buscaba el productor Tom Werman para este trabajo.

“You´re All Talk”, es una simple canción de rock pero que tiene un electrizante riff cortesía de Nielsen y la voz de Zander que le aporta dinamismo. “Oh Caroline”, tiene una estructura de composición similar a la ELO, mientras que “Clock Strikes Ten” es un Rock and Roll bien enérgico similar a alguna canción del McCartney solista. El arreglo de Nielsen en las guitarras imitando el paso del reloj al dar las horas con octavas es muy interesante. El próximo tema es otro de los clásicos de los Cheap Trick y es “Southern Girls”, una auténtica gema del Power Pop por su ritmo y estribillo contagioso. Cierran el disco bien arriba con otro tema bien enérgico pero a la vez melódico como es “Come On, Come On”, una canción sencilla en cuanto a estructura, deudora de lo mejor del Glam Rock y que nos deja más que satisfechos. En “So Good To See You”, se destaca la voz de Zander, que nos deja bien en claro que es mucho más que sólo una cara bonita. Un gran cierre para un gran disco. Luego de este Lp vendría “Heaven Tonight” que sigue el mismo hilo de composición que este “In Color” y lo seguiría el “Live at Budokan” que grabaron en su exitosa gira por Japón el cual los ubicó en el lugar que se merecían ganándose el reconocimiento que les fue esquivo en su país de origen, los EE.UU.

El Infaltable

Publicado por Mocker , lunes, 7 de noviembre de 2011 13:42

Simon and Garfunkel: "Bridge Over Troubled Water" (1970)

Muchas veces una frase encierra un mensaje más allá del que se puede apreciar de forma literal, un trasfondo, una declaración, una ironía o un deseo entre otras cosas. Algo de esto sucede con el tema “Bridge Over Troubled Water”, cuya traducción que sufrió por nuestras tierras en el momento de su edición sería algo así como “Puente sobre aguas turbulentas”. Esta composición del dúo Simon and Garfunkel, puede tener muchas lecturas, desde político-sociales hasta de relaciones personales.

En el momento de su grabación y posterior edición en 1970, la sociedad americana se encontraba atravesando una etapa de cambios, se estaba dejando atrás la década de los ´60 con una guerra como era la de Vietnam que cada vez era más cruda, feroz y que ya desde hacía rato no contaba con el consenso general de la sociedad. A esto hay que agregarle la Guerra Fría por la que estaban atravesando los EE.UU y la por ese entonces Unión Soviética que llevaban la competencia entre ellos a todos los campos, el armamentístico y socio-económico, pero pasando también por la llamada “carrera al espacio” y hasta incluso llegar al plano deportivo. Se estaba cerrando una década y se empezaba a abrir otra y parecía que todo lo malo de la anterior iba a seguir por unos cuantos años más y la esperanza de tiempos mejores quedaba sólo en una utopía. Esto queda de manifiesto también con otro tema de un año antes como es el “Gimme Shelter” de los Rolling Stones, el cual tiene un mensaje antibélico bien marcado, pero esa ya es otra historia.

Sin embargo, el mensaje que existe atrás de “Bridge Over Troubled Water” puede también tener otra lectura, un poco más banal si se quiere, o quizás más cercana a las relaciones de convivencia de los autores de dicha canción ya que durante las grabaciones de lo que sería su último Lp los ánimos entre ellos no eran color de rosa. Tras cuatro discos de muy buena aceptación y calidad la compañía discográfica les exigía un álbum más según lo acordado en el contrato. Simon y Garfunkel llegan a este Lp no de la mejor manera y cada uno abocado en diferentes proyectos personales. La pasión de Garfunkel siempre fue el Cine y quería apuntalar los cañones de su carrera hacia esos rumbos, mientras que Simon, el compositor de la mayoría de los temas empezaría a transitar nuevos ritmos que luego más adelante lo enfilarían como uno de los referentes de la llamada World Music. El disco “Bridge Over Trouble Water” a pesar de contar con estas adversidades fue y es uno de los álbumes más recordados de la discografía del dúo y uno de los mejores de la historia del rock. Si no vayamos a los fríos números, el álbum vendió más de 20 millones de copias y ganó varios premios y galardones entre ellos el Grammy a mejor álbum en 1970 y mejor canción de ese mismo año entre varios más.

El álbum abre con la emotiva canción homónima al disco, un tema cargado de tristeza, crudo en cuanto a sinceridad vocal y compositiva pero tan ampulosamente producido hasta el mínimo detalle en su arreglo. Comienza de forma calma y apaciguada con el piano como instrumento principal pero va ganando en intensidad. Art Garfunkel con su voz nos tiende la mano y nos protege al pasar por ese puente de aguas turbulentas escudándose detrás de esa gran orquesta hasta llegar al pie del puente en el emotivo estribillo del final. Luego de esta canción es complicado seguir a la altura de las circunstancias y para eso cambian totalmente de estilo musical con “El Condor Pasa (If I Could)”, una canción popular de Perú, la cual comienza con un charango y le deja el lugar luego a una flauta para que esa música autóctona -con la cual Simon luego seguirá en contacto- nos emocionen tanto como la primer canción.

Las palmas y el componente rítmico se hacen presente en “Cecilia”. La letra del tema hace mención al caprichoso amor de una mujer ya que va jugando con los sentimientos de su amado al darle momentos de júbilo y de angustia a la vez. Con este tema Simon and Garfunkel rompen con el espíritu triste y reflexivo de las primeras canciones aportándole ritmo y alegría al álbum. “Keep The Customer Satisfied” es un tema que nos hace revivir las viejas canciones del dúo por su tono rítmico, más allá que en esta ocasión estén acompañadas por una orquesta de fondo. Su letra es una proclama de Simon al representar los sentimientos por los que atravesaba él de forma constante al estar presionado por la compañía discográfica para que lance canciones de éxito. La canción más allá de ser una protesta hacia el negocio de la música tiene un ritmo intenso y alegre que contagia por la sección de trompetas y saxos dándole un espíritu positivo a la misma.
“So Long, Frank Lloyd Wright”, es una canción intimista, con un aire casi de Bossa Nova, donde la guitarra de Simon lleva el hilo del tema mientras que un violín, unas congas y una flauta ambientan el fondo de la misma.

El lado B del Lp original comienza con otro clásico del grupo, “The Boxer”, un tema que retrata las vivencias y penurias por las que muchas veces puede pasar un boxeador. La letra de Simon grafica de forma precisa todas las magulladuras por las que este pugilista tuvo que atravesar en su vida. Esas marcas que le son recordadas día a día, ese sentimiento de redención por parte de él y su lucha constante por vivir, lo convierten en un peleador sobre el ring de la vida. Más allá de que la letra sea muy gráfica el arreglo de la canción es excelente, los golpes de batería suenan a los mismos que pudo haber recibido ese boxeador mientras que la sección de violines le aportan emotividad al tema.
“Baby Driver” continua el espíritu festivo y alegre de “Cecilia”, con palmas que acompañan la melodía en la que hay una sección de trompetas que adornan la canción.

La alegría no dura demasiado ya que con “The Only Living Boy in New York” vuelven al intimismo y a la reflexión. De estructura similar a “The Boxer”, la letra tiene reminiscencia a sus primeros años como dúo en New York llamados como Tom and Jerry, el nombre del grupo anterior a Simon and Garfunkel. Otro de los pases de factura que Simon le hizo a Garfunkel es el tema “Why Don´t You Write Me”, donde le recriminaba la respuesta nula que recibía de su compañero esos últimos años. Llegando casi al final del disco aparece el cover en vivo de The Everly Brothers con “Bye Bye Love”. Sin duda los Everly Brothers fueron una inspiración directa para ellos y mucho más cuando se llamaban como Tom and Jerry donde su estilo musical podía estar más emparentado con el de los Everly. Más allá de que la versión de Simon and Garfunkel sea muy buena quizás este tema queda un poco fuera de lugar para el espíritu del disco. El cierre del Lp es para “Song For The Asking”, una canción Folk sencilla, cantada y ejecutada por Simon en guitarra y voz

Simon and Garfunkel fueron sin duda uno de los dúos más famosos -sino el más- que tuvo la década de los ´60 cosechando sencillos de rotundo éxito como fueron “The Sound of Silence”, “I Am a Rock”, o “Mrs. Robinson” entre otros, pero es quizás con “The Bridge Over Troubled Water” donde alcanzaron su madurez compositiva la cual les posibilitó alcanzar a grabar un excelente Lp a pesar de las diferencias personales por las que estaban atravesando. Sin duda un álbum que marcó la madurez de sus compositores pero que también lo fue para toda una generación americana que comenzaba una nueva década no de la mejor manera, atravesando con cierto miedo ese puente sobre aguas turbulentas.