Pará las Orejas!

Publicado por Mocker , martes, 22 de noviembre de 2011 12:09

Ryan Adams: "Ashes & Fire" (2011)

Todos los estilos musicales tienen a su figura autodestructiva, ya sea impuesta por la sobre exigencia de la industria musical, por algún pequeño desequilibrio psicológico que se ve a agravado con el paso del tiempo, excesos de drogas y/o alcohol o porque no también la sumatoria de todas las partes. Así podemos encolumnar dentro de esa lista a algunos músicos de los últimos año como Kurt Cobain, Elliott Smith o la reciente Amy Winehouse a los cuales no se les auguraba un final feliz de acuerdo a la desenfrenada vida que llevaban. El Alt-Country, estilo bien americano, que mezcla las raíces del Country tradicional con una postura y una instrumentación del rock alternativo de los ´90, tuvo y tiene a Ryan Adams como una de las figuras más renombradas de ese género, el cual también supo tocar las puertas del infierno pero llegó a sacar el pasaje de vuelta justo a tiempo.

Adams luego de liderar una de las bandas más conocidas de ese género como fue Whiskeytown decide largarse como solista teniendo una carrera más que auguriosa con su primer Lp llamado “Heartbreaker” del año 2000 hasta llegar a este último “Ashes & Fire” de este año. Sin embargo, en el medio hubo de todo, álbumes rendidores que continuaban bajo la senda de ese primer Lp, otros discos totalmente “bajoneros”, muchos de ellos debido al alto consumo de sustancias que estaban destruyéndolo, o también trabajos que se abrían del estilo que supo abrazar desde siempre para pasarse a un rock más duro. Aún así, con todo esto, la carrera musical de Ryan Adams es más que destacable y su lugar de niño prodigio del Alt-Country no fue tocado. Mucho de esto último se debió a que ya hace un par de años supo dar un golpe de timón a su vida y dejar de jugar ese papel de Rock Star autodestructivo. Este “Ashes & Fire”, sin ser uno de sus mejores trabajos tiene que ser recibido por los seguidores de su carrera más que con beneplácito ya que al parecer marca el regreso del Adams más prolífico. Este trabajo es el primero ya sin The Cardinals, la banda que supo cobijarlo durante los últimos años y nos muestra a un Adams con ganas de seguir emocionándonos con su música.

El Lp fue grabado en los estudios Sunset Sound Factory de Hollywood y contó con la producción a cargo de un grosso como es Glyn Johns (The Who, Faces, Bob Dylan) y la colaboración en piano de Norah Jones, lo que nos da la pauta que hablando en números comerciales el disco no podía fallar. En la gran mayoría de los casos los artistas que ya tiene varias décadas musicales encima con sus respectivos altibajos en su carrera, siempre llegan a un momento que deciden pisar sobre seguro y volver a lo que tan bien les salía y que les rindió sus frutos. Por ese motivo, este “Ashes & Fire” es un regreso al Adams introspectivo, de baladas certeras, de arreglos country-folk edulcorados con “ganchos” de lo alternativo. Esto no es mirar el vaso medio lleno sino que es resaltar el bueno tino que tuvo Adams para volver a lo que mejor sabe hacer.

El álbum comienza con la apacible “Dirty Rain” y ya de entrada nos da la pauta del espíritu que rodea al Lp. La voz de Adams, sigue intacta y emotiva como siempre. La gran mayoría de las canciones cuenta con la colaboración de Norah Jones en piano pero acá también, al igual que en algunas otras, se encuentra ejecutando el piano eléctrico Benmont Tench, uno de los Heartbreakers de Tom Petty. Con esto marca una pauta que Adams además de saber componer, también sabe de quien rodearse. La siguiente es la vigorosa canción homónima al disco y se presenta como un tema del más puro Alt-Country. Las siguientes “Come Home” -una de las mejores canciones del Lp-, “Rocks” o “Do I Wait” vuelven al cantautor el ritmo pausado e introspectivo que domina el disco. “Chains of Love”, en cambio se desprende cómo una canción para ser cantada a coro en vivo por su estribillo pegadizo. Las últimas 5 canciones, “Invisible Riverside”, “Save Me”, “Kindness”, “Lucky Now” y la excelente “I Love You But I Don´t Know What To Say”, reforzada por su arreglo de cuerdas de fondo, nos muestran al Adams más terrenal, sencillo pero a la vez efectivo, de dulce voz pero a su vez crudo y emotivo que supo alumbrar en sus comienzos.

Quizás Adams haya alcanzado su madurez compositiva, la cual tanto se le exigía, y por la que a falta de ella empezábamos a perder la esperanza de toparnos con el buen cantautor que supo ser. Este “Ashes & Fire” nos deja contentos y esperanzados que lo mejor de Adams aún se encuentra en él y que no ha perdido el pulso de facturar canciones apuntadas al corazón aunque sea en cuentagotas.

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