Revisando los Rincones

Publicado por Mocker , viernes, 2 de marzo de 2012 13:11

Pink Floyd: "The Division Bell" (1994)

Hay títulos de discos que son alegóricos y categóricos, los cuales en una palabra o frase ponen de manifiesto una postura, pensamiento o sensación por la que puede estar atravesando ese grupo o solista. Ejemplos hay para todos los gustos y en cada estilo, algunos son más evidentes y en otros esa declaración se encuentra más solapada y hasta puede vincularse con sucesos o hechos por los que estuviera atravesando una sociedad y/o grupo de personas. Algunos de ellos y de los más variados pueden ser el “Disintegration” de The Cure el cual deja bien en claro la rotura o desmembramiento que estaban atravesando ellos a finales de los ´80. El “Bridge Over Troubled Water” de Simon and Garfunkel que utilizando un eufemismo también deja en evidencia los momentos turbulentos por los que estaba pasando el dúo.

Otros títulos por su parte, además de retratar ciertos sentimientos y sensaciones personales sirven para graficar momentos de transición a nivel social como el “The Times They Are A-Changin” de Bob Dylan o porque no el “The Division Bell” de Pink Floyd el cual es más que directo dejando en claro la posición que estaban teniendo David Gilmour, Rick Wright y Nick Mason en contraposición de su antiguo compañero de grupo y ahora enemigo acérrimo Roger Waters. Claro, para que la cosa no sea tan evidente, el título y varios de los temas que integran el álbum tratan sobre la falta de comunicación y la poca aceptación de inclinaciones ideológicas diferentes que existen en la sociedad a nivel mundial. Esto ya queda en evidencia desde la inquietante y enigmática pero a la vez explícita tapa de este último Lp de la agrupación. Esas dos caras de metal enfrentadas, amenazantes una con otra, forman a su vez un solo rostro, uniendo esas dos campanas divididas. Además de este mensaje existen otros detalles como las luces que se encuentran por detrás de las bocas de esas dos esculturas, las cuales crean la ilusión de ser el mensaje o la comunicación entre ambas figuras. Muchos interpretan también que el castillo que se encuentra en el fondo de la fotografía significa la contraposición de lo antiguo, resistiéndose a lo moderno y/o futurista que son esas dos caras de metal. El debate en las tapas de Pink Floyd siempre deja mucha tela para cortar.

“The Division Bell” es el último disco del grupo y es el segundo sin la presencia de Waters. Luego del mal paso que significó “A Momentary Lapse of Reason” el cual estaba destinado a dejar un sabor más que amargo si hubiera sido el final de la discografía, los restantes miembros, Gilmour, Wright y Mason deciden darle un cierre como realmente se merece la historia de la banda. Este Lp no va a estar nunca a la altura o en el mismo escalón que sus ya conocidas obras cumbres, sin embargo, este disco fue demasiado subvalorado por la crítica en el momento de su edición allá por el año 1994. Claro, las revistas especializadas por esa época ya tenían a sus nuevos “héroes” en el Grunge y en el incipiente Brit Pop dejando a la generación Floyd como unos viejitos que ya estaban de vuelta y no encajaban dentro de los nuevos sonidos. Ni hablar de los “misiles” que lanzaba Waters cuando le preguntaban por el nuevo trabajo de sus ex compañeros. En la otra vereda, se encontraban los fans que recibieron esta nueva entrega del grupo con los brazos más que abiertos ubicándolo en el puesto número uno de los discos más vendidos de ese año. Más allá de todo esto, el paso del tiempo le sienta más que bien a este disco ya que tal cual como sucede con algunas personas, la madurez los vuelve más interesantes y/o atractivos. Quizás también parte de este encanto radique en que dentro de la vasta discografía de ellos, este Lp se encuentre entre las sombras de algunos de sus mejores trabajos logrando tener aún esa magia de no haber sido comercializado tanto como otros.

“The Division Bell”, a su vez significó el verdadero regreso del Gigante ya que fue compuesto por los tres Floyd, volviendo a tener una gran incidencia en el sonido el aporte de Wright, cosa que en el disco anterior no sucede restándole eficacia. Muchos ven a ese anterior Lp casi como un trabajo solista de Gilmour más que un disco de Floyd, pero eso ya es otra historia. La grabación del disco fue realizada en varios estudios incluyendo la particular casa flotante de Gilmour, llamada Astoria. El Lp contó con el aporte en la producción del ya conocido por la banda, Bob Ezrin.

Volviendo al concepto principal del álbum que tiene a la comunicación como principal argumento, se pueden encontrar otros temas como el aislamiento o el enfrentamiento. “Poles Apart” lleva marcado a fuego el nombre Waters en sus letras, ya que en ella se habla sobre los cambios que se producen en las personas debido a varios motivos que los ubican en un rol desconocido y que muchas veces los distancian de esos seres que los acompañaron durante varios años de su vida. Otra canción que entre líneas tiene también como destinatario al ex Floyd es el sensible “Lost For Words”. Por su parte, “Wearing The Inside Out”, instrumentalmente muy logrado, con un gran aporte en saxo de Dick Parry y con Wright como cantante principal, trata sobre las barreras muchas veces inquebrantables que nos edificamos y levantamos ocultándonos ante los demás por temor a no ser comprendidos o lastimados.

El concepto de la comunicación del disco queda bien explícito con “Keep Talking” -cuenta con un sampleo de la voz del físico Stephen Hawking-, mientras que el sentido “A Great Day For Freedom” con su ambiente claustrofóbico y épico y su letra que retrata la intolerancia y los consecuentes conflictos bélicos que en muchas oportunidades se suscitan, lo ubican como uno de los mejores temas del disco. No está demás recordar que por esos años todavía se disfrutaba con euforia la caída del Muro de Berlín, terminando con esto años de diferencias sociales, políticas e ideológicas dentro de un mismo país, sin embargo como contraposición a esto, se encontraba el conflicto bélico por la entonces Yugoslavia lo cual derivo en la división y gestación de varios países. Pink Floyd, nunca le fue esquivo a los temas sociales, políticos y humanos, aún incluso cuando ya la presencia de Waters -el más implicado con estas causas- ya no se encontraba dentro de la agrupación.

Por su parte, “Cluster One” y Marooned” son dos temas instrumentales que tienen como protagonista principal a la guitarra de Gilmour -se siente por sus solos que se liberó de las ataduras de Waters-, pero tiene una muy buena base de teclados por parte de Wright. “What Do You Want From Me” ya desde su estilo y la producción de las voces suena al típico tema épico de los años dorados de Floyd. El cierre del Lp esta destinado a “High Hopes”, un tema que cierra de forma magistral y como se merece la discografía de ellos. Un aire épico, enigmático pero a la vez esperanzador, tal cual como su título lo indica, envuelve esta canción de más de 8 minutos de duración, la cual trata sobre los logros y decepciones de la vida.

“The Division Bell” no estará dentro de los 5 mejores discos de Floyd, sin embargo el paso del tiempo es el mejor aliado de este Lp, ya que en la distancia lo enaltece cada vez más, haciéndolo subir peldaño a peldaño dentro de su discografía. Con este álbum el Gigante dio su último aliento antes de caer y causar ese estruendo que tienen las grandes bestias al morir.

6 Response to "Revisando los Rincones"

ultravivido Says:

Muy de acuerdo Mocker. Es un disco digno y que envejeció mejor que "A momentary lapse of reason". Hay varios buenos momentos. Mis favoritos: "Poles apart", "High hopes" y "Wearing the inside out", 100% Rick Wright.

Salud!

Mocker Says:

Buenas Ultra, yo creo que hoy por hoy para los fans de Floyd suena mucho más interesante ahora que en el momento de su edición. Creo que su buen sonido se debe a que además de notar a Gilmour más libre, Wright volvió a tener un rol determinante.

Saludos y gracias por pasar!

ultravivido Says:

Y tiene mejores temas que el anterior, que sonaba muy maquinal y vacío, hay que decirlo.

Centrofovar Says:

Reivindico absolutamente este digno álbum que clausura la discografía "viva" de Floyd.

Muy superior a A Momentary y su soporífero correlato en directo, The Division Bell, como dice ud., aun lejos de las obras maestras, conmueve y envejece bien.

Salu!!!

Mocker Says:

Buenas Perry, la verdad la historia de Floyd se merecía finalizar con un disco muy bueno y por desgracia subvalorado como "The Division Bell". No se merecían terminar su carrera con el vacio "A Momentary Lapse of Reason".

Saludos y gracias por el comentario!