Pará las Orejas!

Publicado por Mocker , viernes, 11 de junio de 2010 15:34

The Dead Weather: "Sea of Cowards"

Si existe una figura inquieta dentro del rock de estos tiempos ese es Jack White. Te puede gustar o no como toca la guitarra, polemizar si su voz es o no demasiado chillona cuando canta, como así también debatir si evoluciona dentro de lo que hace, pero lo que no se puede discutir es su aporte a la música. Sin duda alguna ya dejo hace rato de ser una promesa para ser una realidad, y es por esto que al día de la fecha White ya pertenece, desde su lugar, al mainstream del rock de principio de siglo. Tuvo en su haber tres bandas, y por lo que se ve la lista puede seguir ampliándose, ya que no detiene su marcha, su curiosidad y su creación. Los mas escépticos podrán decir que nunca se mueve demasiado de su rock crudo de guitarras con tintes garageros, sin embargo mas allá de que existan similitudes en todas las bandas que integró, también hay diferencias y nuevos aportes.

El ex White Stripes y Racounters sigue refugiándose en el formato de grupo para componer, en este caso con su nuevo grupo The Dead Weather que lanzaron su primer disco el año pasado y que parecía una suerte de toma alternativa de una jam session ya que su sonido, buscado a propósito, sonaba muy saturado y crudo. A menos de un año de este, White y Cía., entre los cuales se encuentra la líder de The Kills, Alison Mosshart, sacan otro disco de edición reciente, bajo el título de “Sea of Cowards” demostrando la inquietud y la ansiedad de White por la composición. Recogiendo el guante que se arrojó un poco mas arriba sobre si la forma de tocar la guitarra de Jack White es buena o no, hay que decir que apenas uno escucha ese chirrido y esos rasgueos típicos de él, transmite una energía muy fuerte y al instante uno ya sabe quien esta atrás de las seis cuerdas. Tiene una marca registrada y eso ya es demasiado pedir para el rock de nuestros días diferenciándose del resto notablemente. Sin embargo y para demostrar que es un multiinstrumentista, en esta banda esta tras los parches, dejando el lugar de guitarrista principal a Dean Fertita, integrante de los Queens of the Stone Age, el cual se luce muy bien, aportando unos solos tajantes y riffs muy marcados.

Dejando de lado ya estas habladurías y metiéndonos directamente en el análisis del disco, de buenas a primeras, ya se puede notar una diferencia notable con respecto al primer envío ya que no sólo en el micrófono principal esta la morocha Mosshart sino que también ésta le cede el lugar a White. El disco se presenta más “prolijo y armadito”, no tan libre y crudo como el primero, con esto no quiere decir que no estén los ritmos pesados, garageros y bluseros que tanto le gustan a White, sino que se encuentran más terminados y no con el apuro o la urgencia que mostraba “Horehound”. El álbum arranca con “Blue Blood Blues”, con una guitarra bien al frente y una voz de White que te lleva a recordar el mejor Hard Rock de principio de los ´70. Como si esto fuera poco el coro y sus “dada dada” y gemidos te enganchan al instante para dejarte servidito en bandeja ya el segundo tema, “Hustle and Cuss”. El mismo tiene un pulso más cansino pero el ritmo no decae para nada, es más, agrega unas sutiles estocadas con el aporte de algunos toques electrónicos a ese rock sucio.

Una de las grandes diferencias de su trabajo anterior y de sus bandas pasadas, es justamente el coqueteo que ahora hay con la electrónica. White utiliza esto en su justa medida, no abusa de ella, sino que la complementa con su visión de ver el rock en su formato más tradicional. Esto queda claro en “The Difference Between Us” y “I´m Mad” temas hechos a medida para la voz aguda de Mosshart la cual se complementa con las distorsiones de guitarra y esos arreglos electrónicos que crean un ambiente asfixiante y sucio a la vez. El tema “I Can´t Hear You” y “No Horse”, suena a un Robert Johnson luego de haber metido los dedos en el toma corriente. Sin embargo, el disco en su cara B si fuera un vinilo, decae un poco respecto a los primeros temas. No tiene el efecto de choque que te causan los primeras canciones, parte puede ser porque el oído termina acostumbrándose y por el otro lado es porque suenan parecidos entre si sin diferenciarse demasiado y hasta parecen como que les faltan algunos toques y/o arreglos, como si no hubieran terminado de ser producidos del todo. Sin embargo, mas allá que en el disco no haya un hit sobresaliente por encima de todos los temas, los mismos son “pegadizos” a diferencia del primer disco.

No sabemos si Dead Weather va a durar demasiado en la historia del rock, como también si estos grupos post White Stripes son sólo un recreo para Jack White, pero nos podemos quedar más que tranquilos que él es uno de los pocos tubos de oxígeno que tiene el rock por estos días.

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